miércoles, 30 de noviembre de 2016

Matanzas en espera de la caravana para rendir tributo a Fidel (fotorreportaje)

#Matanzas en espera de la caravana para rendir tributo al líder histórico de la Revolución. Desde bien temprano el pueblo acude a las calles y la ciudad contempla el vuelo de las banderas.

 Fotorreportaje: Ramón Pacheco Salazar



 


 

 

Fidel más vivo que nunca desde su pueblo

Desde el municipio de Pedro Betancourt, al Sur de Matanzas  el pueblo acudió a reafirmar el concepto de Revolución y recordar el legado del líder histórico de la Revolución






martes, 29 de noviembre de 2016

Estación Experimental Indio Hatuey: Otra huella de Fidel en Matanzas


Estación Experimental Indio Hatuey, otra huella de Fidel en Matanzas

La Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, ubicada en el municipio de Perico, en la provincia de Matanzas, es hoy un signo más de la huella del Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en el territorio.

Tras el triunfo revolucionario en enero de 1959, Cuba contaba con una ganadería extensiva, basada fundamentalmente en pastos naturales de baja calidad, que distaba mucho de satisfacer las necesidades de la población. Por ello, el Comandante en Jefe impulsó la fundación de dicha estación el 8 de marzo de 1962, convirtiéndose en el primer centro de la rama agropecuaria fundado por la Revolución.

Desde entonces se ha dedicado a la obtención de nuevas variedades de pastos y forrajes, al desarrollo de nuevos alimentos para la ganadería y de sistemas sostenibles que permitan intensificar la producción pecuaria y la generación de múltiples servicios ambientales, así como al estudio de los aspectos socio-económicos, de gestión e innovación tecnológica en el entorno rural ganadero.

Dicho centro, perteneciente al Ministerio de Educación Superior (MES), tiene entre sus objetivos generar conocimientos para optimizar los sistemas de producción agropecuaria, con un enfoque  interdisciplinario, sobre la base de los principios de la agroecología; fortalecer la capacidad técnica de los talentos humanos internos y externos para mejorar la gestión institucional y de los actores relevantes del sector agrario; así como fortalecer los vínculos con el sector agrario y otros actores claves para contribuir a la introducción y diseminación de resultados científico-técnicos que potencien el desarrollo sostenible del sector.

Disímiles son los proyectos nacionales e internacionales que se llevan a cabo como resultado de la labor investigativa de los profesionales pertenecientes a la Estación Experimental de Pastos y Forrajes.

Entre los lauros alcanzados se encuentran las distinciones especiales del MES por méritos relevantes en el trabajo de Investigación en la Educación Superior, así como en el trabajo Económico - contable y el trabajo de Posgrado.

Hoy, cuando Cuba se estremece ante la desaparición física de Fidel Castro, desde Matanzas su legado perdura en el desarrollo científico y cada sitio de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey revela su pensamiento visionario y vuelven a la memoria aquellas palabras de su puño y letra que dedicó a la institución en su aniversario 50: “Para la Estación Experimental Indio Hatuey (…) con un cúmulo de conocimientos científicos que hoy el país necesita por la acción con la mayor urgencia”.

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Desde Matanzas: Y Fidel se hizo pueblo


Desde Matanzas: Y Fidel se hizo pueblo Foto: Pacheco

Este lunes las calles de Matanzas no reflejaron su rutina habitual. Contreras y Milanés resultaron estrechas para albergar los pasos del pueblo yumurino, que concurrió espontáneamente a manifestar sentido homenaje póstumo a Fidel Castro, el Líder de la Revolución Cubana.

Hasta el Palacio de Gobierno, sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular; y la sala de conciertos José White, llegó el desfile de la multitud, llevando en sus manos flores para colocarlas ante su imagen. Entonces, segundos de silencios, saludos militares, lágrimas… fueron expresiones compartidas.

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Teresa Rojas Monzón, primera secretaria del Partido en el territorio; y el general de división Raúl Rodríguez Lobaina, jefe del Ejército Central, dieron inicio a la guardia de honor secundada por Tania León Silveira, presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, y otras autoridades del Partido, el Gobierno y personalidades del ámbito cultural, deportivo, héroes del trabajo y oficiales de las FAR y el Minint.

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Allí, el dolor se hizo eco en el rostro de Nemesia Rodríguez Montano, inmortalizada por el Indio Naborí en el poema Elegía de los zapaticos blancos; y Reynaldo Castro Yebra, primer Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

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Asimismo, ante el legado imperecedero de Fidel, miles de firmas matanceras manifestaron la validez del concepto de Revolución expresado por el Comandante en Jefe en el año 2000.

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FIDEL EN LA VOZ DEL PUEBLO

“Somos parte de los anhelos de Fidel. A veces, por tenerlo siempre cerca, no nos dábamos cuenta de su grandeza, de su obra construida. Ahora es cuando realmente apreciaremos la inmensidad de sus sueños. Él va a seguir creciendo en sus enseñanzas”, expresó el reconocido artista de la plástica Manuel Hernández, premio nacional de periodismo José Martí y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, mientras la emoción le nublaba las pupilas.

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En el trayecto hacia el libro de firmas, Andrés Aldama Cabrera, campeón olímpico de boxeo en Moscú 80, recordaba su regreso de Yugoslavia, tras el campeonato mundial celebrado en 1978 donde no pudo conquistar la corona. “En aquel momento, Fidel recibió al equipo en el aeropuerto, como era su costumbre, y me dijo: tenías que tirar más el jab. Era sin dudas un profundo conocedor de esta disciplina”.

Por su parte Evelio Hernández, receptor y gloria deportiva del béisbol matancero, más allá de aquel juego inaugural del estadio Victoria de Girón, donde el Comandante bateó la primera bola a su lado, prefiere definirlo como un gran jefe. “El concepto de Revolución es la expresión más alta de su sentir. Allí está proyectado el rumbo que debemos mantener”.

A estas figuras se sumó Osmany Sánchez Díaz, coordinador provincial de los CDR, quien rememoró la genialidad del líder histórico al crear lo que él mismo denominó un sistema de vigilancia revolucionaria, que con el tiempo, se convirtió en la mayor organización de masas del país y ha sido signo de humanismo, solidaridad y altruismo.

UNA JUVENTUD QUE PROMETE NO OLVIDAR

“Quiero ser periodista y cuando lo logre, mi primer artículo será para Fidel”, confiesa Susie Ramos Castillo, estudiante de duodécimo grado y abraza a sus compañeros entre lágrimas.

Muy cerca de ella, las voces juveniles rodean a nuestro equipo de reporteros en el afán de no permanecer en el anonimato. Así, los alumnos del Instituto Preuniversitario José Luis Dubrocq evocan su memoria.

“Mi familia es fidelista, siempre me enseñaron que él era un hombre de palabra. Hoy más que nunca la juventud debe estar unida para demostrar que, aunque se haya ido físicamente, va estar presente en cada decisión que tomemos”, aseguró Stephany O'connor Cruz.

A este criterio se sumó el del joven Kevin Estupiñán López, quien declaró: “Hemos perdido a un padre”.

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Nos alejamos de la multitud. Desde lejos contemplamos cómo fluye el mar de pueblo. Mientras el viento parece repetir los versos de la estudiante Arianna Debeso Álvarez: “y es que saben los que tienen/ tu presencia en sus adentros/ que tú nunca te has muerto/ que tú nunca te nos fuiste/ que tú siempre aquí volviste/ con tus manos guerrilleras/ como si Cuba tuviera/ un Fidel en cada alpiste”.

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lunes, 28 de noviembre de 2016

Tú no te has ido, Fidel

 
No te has ido, Fidel

 No voy a evocar el llanto
cómplice de la tristeza,
voy a hablar de tu firmeza
que curó siglos de espanto.
No voy a hablar de quebranto
ni trágica despedida,
voy a hablar de Cuba erguida
no de la palabra inerte,
si en el juicio de la muerte
fuiste absuelto por la vida.

fidel

No te has ido, tu sonrisa 
que desde Birán se enciende,
cada amanecer extiende
su eco sobre la brisa.
En tu cuna se eterniza
la alegría del nacimiento
y allí en tu pupitre, asiento
de la primera lectura
elevas hacia la altura
el vuelo del pensamiento.

No te has ido, te acaricia
la escalinata otra vez
y juras ante los pies
del Alma Máter justicia.
La universidad, primicia
de jóvenes voluntades,
con nuevos sueños invades
eres un sol repetido
y con tu verbo encendido
despiertan las facultades.

No te has ido, en el Moncada
el Apóstol te saluda
y te guía mientras suda
coraje la madrugada.
Fracasa la acción armada
mas no hay tiempo para el duelo,
vas al presidio modelo,
pero tus ideas son
más libres en la prisión
   que los astros en el cielo.


fidel

No te has ido, vuelve el yate
Granma a zarpar y la costa
es una dama de posta
contemplando tu acicate.
Huele a justicia el combate,
tu mano a vencer se aferra
y las lomas de La Sierra,
símbolos de rebeldía,
orientan tu travesía
 como brújulas de tierra.

No te has ido, la victoria
entona un himno en enero
y el sudor de un pueblo entero
traza un camino en la historia.
Tu nombre llena de gloria
las fábricas, los centrales,
los verdes cañaverales
                                                                                cada escuela, cada casa                                                                          
Isla contigo abraza
el sueño de ser iguales.

fidel

No te has ido, estás al frente
de todos los milicianos
que detienen en sus manos
la furia del yanqui hiriente.
Playa Girón en el lente
del triunfo definitivo
contempla el fusil activo
y la paz como un lucero
vuelve al pecho cenaguero
por un abril verde olivo.

fidel

No te has ido, no hay ciclón
que azote que no te duela,
tu pensamiento revela
el alma de la nación.
Eres la Revolución
testigo de un pueblo fiel,
no te has ido, no hay pincel
que pueda trazar tu adiós
no está silente tu voz
tú no te has ido, Fidel


fidel



fidel

martes, 22 de noviembre de 2016

Editora Girón: El rostro más cercano de Matanzas

 
Editora Girón: El rostro más cercano de Matanzas

¿Quién no ha sentido temor frente a una página en blanco? El espacio vacío, en espera de que las palabras atrapen el frágil vuelo del pensamiento, es siempre un reto para quien decide que sus líneas no permanezcan en la intimidad. Por eso, cuando alguna fuente cierra las puertas a la información, corro hacia el archivo de la Editora Girón y me quedo en silencio, sumida entre tantas páginas que han adquirido el color del tiempo.

Los titulares me revelan una Matanzas distinta e igual a la vez. Las crónicas de épocas pasadas van desplegándose primero en hojas amplias, de emisiones diarias, hasta reducirse al tamaño actual, donde una tirada semanal lucha por convertirse en testigo del presente, más allá de la inmediatez. Entonces, busco las obras de Celestino, Valdés Rionda y me parecen cercanas. Los imagino apasionados por el sonido de las máquinas de escribir, marcando letra a letra, mientras las hojas iban llenándose de estilos inconfundibles.

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Fidel Castro conoce del acontecer de Matanzas
a través de las paginas de Girón
Pienso en Aurora, Maritza, Ventura, desafiando contratiempos en busca de la veracidad. Descubro los rostros jóvenes de Juanita, Yirmara, entre los comentarios de la sección En Diana y tantos reportajes donde jamás dejaron de ser fieles a sí mismas. Abro también los números del mensuario Humedal del Sur y viajo hasta Pálpite, Guasasa… de la mano de Norge, Giselle, Rouslyn y Yamila, que convidan a recorrer una Ciénaga distinta, hecha poesía desde el humo de algún horno, que eleva un mensaje de carbón hacia el cielo.

Recuerdo a Villalonga, Rivas, Olivet, Vázquez, Arestuche, Fré, cuyos rostros envejecen al ritmo de la Editora y han sido cómplices de jornadas intensas, cambios de local, la llegada de las nuevas tecnologías que transformaron las rutinas productivas.

Imagino el trabajo de Luis y otros correctores de estilo volviéndose los segundos ojos de los reporteros, sufriendo también junto a ellos cuando alguna errata se escapaba entre líneas. Allí están también las instantáneas alcanzadas por el lente osado de los fotorreporteros, el ingenio de los diseñadores en la difícil tarea de conciliar la disputa entre espacio y texto. Las caricaturas de Pitín y Manuel, esbozadas al ritmo del contexto social y aquellos nombres que se han marchado, pero su huella perdura.

Observo cada detalle y vienen a mi mente también los primeros protagonistas de Girón Web, esos que lograron que el mundo entrara a la provincia desde una ventana digital.

Es miércoles, día en que se cierra la edición. La premura me obliga a volver al ordenador. Las pruebas de planas pasan de mano en mano. En esos momentos nos convertimos en una familia que asiste al nacimiento de su primogénito. El jueves, cuando el pueblo despierte junto al semanario, algunos se conmoverán con los temas, otros juzgarán los desaciertos y vacíos informativos. Mientras, en el archivo, se colocará la edición en el último consecutivo que marca los 56 años de la existencia de Girón.

¿Quién sabe?, tal vez mañana alguien encuentre en ella la inspiración para llenar una página en blanco con una nueva historia de Matanzas.

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jueves, 17 de noviembre de 2016

Universidad, soñar con tocar el cielo

Día del Estudiante: soñar con tocar el cielo

¡Aprobaste las pruebas de aptitud de Periodismo!La noticia me llegó en medio de la plaza de la vocacional Carlos Marx y apenas podía creerlo. En aquellos días soñar con el futuro era el tema de conversación principal y por supuesto que no faltaban las suposiciones en torno a la vida universitaria que como todo paso implicaba cambios: ser más independiente, dejar atrás el uniforme, olvidar la costumbre semanal de los matutinos y esforzarse en el estudio para no conocer de cerca los temidos mundiales.

Lo cierto es que el primer día en la Universidad de Matanzas fue una experiencia diferente a todos los pronósticos. Al principio todo me parecía enorme (tanto que varias veces anduve perdida tratando de encontrar la biblioteca o el aula cuando nos cambiaban de edificio por alguna eventualidad). No fue fácil ceder espacio a lo nuevo con el alma llena de tantos buenos recuerdos y la nostalgia por los amigos del preuniversitario…

Así, llegaron los primeros turnos, las presentaciones habituales de los compañeros de aula donde estábamos “las cinco mosqueteras” que compartiríamos desde aquel instante cinco años en la misma beca.

Después, amar la vida universitaria fue solo cuestión de tiempo. Cuando recuerdo mi paso por ella pienso cuánto hubiese perdido si no hubiese conocido a Marle, mejor dicho, la gorda, y sus ocurrencias, su voluntad a prueba de tristezas y dificultades; o a Wendy, el terror de Cuco Juanchito (la lagartija más asidua del cuarto), que me enseñó a colocar en una balanza mis problemas antes de tomar una decisión y más de una vez supo escucharme con paciencia.  Y cómo olvidar a Yadira, con sus dotes para recitar las canciones de reguetón cual si fuesen poemas de Nicolás Guillén y aquella panetela que tuvo que preparar de nuevo porque la primera se carbonizó y faltaban solo unas horas para mi cumpleaños, a ella le debo más de una sonrisa y la gratitud por estar a mi lado siempre.

Y por supuesto no podía faltar Duny, la flaca, con su imaginación capaz de transportarnos a todos en un dirigible hacia el cielo o de hacernos llorar con una de sus crónicas. De ella recibí la bondad y la sinceridad, y esa capacidad de ser cada vez más fuerte aunque los vientos de la vida arreciaran.

Ese era mi grupo, el de las locuras de Yadiel el flaco (que nos puso el apodo de pelus (o sea ¡pelúasss!), el de Isita y Yanet, toda ternura; el de Genma, Katy, Yunielis y Nailys que amó desde el vientre a su pequeña Camila; y el de Dariel con sus intervenciones y curiosidades en cada seminario.

Cómo olvidar a los que comenzaron junto a nosotros el sueño universitario en Matanzas, pero eligieron después senderos diferentes: María Isabel, Mariana, Carmen Iris, Yaismel, Alberto.

Y por supuesto he dejado para último a Jeidita, esa muchachita que se quitaba rápidamente los lentes cuando en broma queríamos culparla de algo y decíamos: “fue la de los espejuelitos”. Juntas compartimos desvelos y preocupaciones, horas de estudio donde a veces terminábamos peleando por el estrés y después nos disputábamos ser la primera en dejar un papelito de disculpas en algún sitio del closet de la otra. Así fue como encontré una hermana en la universidad y, cuando la observo sentada a mi lado en la redacción de la Editora Girón, muchas veces sonrío en silencio porque tal vez nadie imagine cuán dichosas somos de compartir una amistad que se renueva cada mañana.

Esos son mis mejores recuerdos de la Universidad, el entusiasmo del grupo, el viaje al Pico Turquino (donde por supuesto me quedé en el kilómetro tres del camino hacia la cima), el estudio constante y esa rara costumbre de hacer todas las tareas e incluso recordarle a los profesores que las revisaran; las jornadas científicas, la participación en los festivales de artistas aficionados de la Feu o en cualquier actividad donde, al estar en el escenario, podía escuchar el coro de: ¡Te queremos Lianette!.

Los días junto al profe Marcelino que nos enseñó deporte y cómo se combina la ética profesional con la dulzura y el carisma; las clases de locución junto a Esquivel; los turnos de Filosofía junto a Fela donde lo principal era la “Concatenación”; los profes Juan Carlos, Omaida  que nos enseñaron a amar de verdad la historia, además de Yirmara, Daymette, Barbarita, Odalys  y tantos otros que siempre creyeron en nosotros.

El tiempo ha transcurrido y aún me estremezco cuando llega septiembre y constato que ya no debo volver al aula. Los amigos de la Universidad han tomado su rumbo, algunos más cerca, otros distantes, pero a todos nos siguen uniendo los recuerdos, el privilegio de habernos graduado en el mismo centro, la gratitud por haber sido formados como profesionales, y la satisfacción de que cuando nos encontramos parece que el tiempo no ha transcurrido y somos los mismos jóvenes que ascienden de nuevo al dirigible de Duny para, más allá de las preocupaciones y la distancia, soñar con tocar el cielo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Travesuras del idioma

Travesuras del idioma

Dice una amiga que ante los problemas “hay que poner la yagua antes de que caiga la gotera” y me sorprende esta versión del refrán que siempre he conocido como: “hay que poner el parche antes de que se abra el hueco”.

Y es que el idioma español se enriquece en cada región con expresiones creadas por los pueblos, e incluso un mismo vocablo adquiere significados diferentes en un mismo continente o país.

No deja de sorprendernos cómo en Puerto Rico, República Dominicana y Cuba, los autobuses se denominan guaguas, mientras que Paraguay y México lo llaman micro, bus en Costa Rica y Guatemala, colectivo en Ecuador y buseta en Colombia. Ello sin obviar que en algunas regiones de Centroamérica el término guagua se emplea para designar a los niños.
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Indagando en Internet descubrí que el tamarindo, sustantivo que los cubanos relacionamos con una fruta, en El Salvador es sinónimo de ladrón. Y ni hablar del “machete”, pues quién le dice a un campesino cubano que esta palabra por la cual conoce a su instrumento de trabajo, en Argentina se asocia con un papel o algún tipo de documento donde se esconden las respuestas de un examen; en Chile, es la acción de pedir dinero sin realmente necesitarlo; mientras que en República Dominicana se refiere a una persona que tiene mal olor debajo de las axilas.

Existen también muchas formas de llamar a un amigo: pana (Venezuela), Cuate (México), compinche (Argentina)…
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Hace poco una colega me contaba que al conversar con una joven chilena, descubrió numerosos significados de palabras que usamos con frecuencia. Por ejemplo, mientras nosotros relacionamos el término pavo con un tipo de ave, en Chile caracteriza a alguien entretenido, tonto.

¡Y qué decir del abdomen!, lo que identificamos como barriga es para ellos “la guata”. ¿Se imaginan por un instante utilizando este término?. Sería algo más o menos así: “Sírveme algo de comer que tengo la guata vacía”, “Oye, el vecino del segundo piso tiene tremenda guata” o “A juzgar por el tamaño de la guata, el bebé será grande como su padre”.

Por otra parte, para los chilenos el inicio de una relación de noviazgo donde la pareja comienza a dialogar, a conocerse, se reconoce como pululeo. Lo cual trasladado al contexto cubano quedaría de esta forma: “te enteraste, Pepito y Juana están pululeando, deja que la familia se entere”.

Interminables serían las muestras y no solo asociadas a culturas foráneas, pues en las diferentes regiones cubanas pluma puede ser un bolígrafo, o la llave de paso de una tubería. Asimismo guineo y plátano nombran a una misma fruta, balde y cubo a un envase y puerco y macho a los cerditos que posibilitan elaborar los más deliciosos platos típicos de nuestra cocina tradicional.

Y en cuanto a las frases populares cuyo significado solo conocen los nacidos en esta Isla, la lista sería interminable: “terminó como la fiesta del guatao” (acabó mal), “vive como Carmelina” (vive bien) o “se formó tremendo arroz con mango” (tremenda confusión).

La multiculturalidad también abarca el lenguaje y esos matices conforman la herencia identitaria de las naciones. Sin lacerar el idioma ni ceder espacio a la vulgaridad, vale la pena dirigir una mirada hacia estas palabras que denotan diversidad y más de una vez se han convertido en un motivo para sonreír.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Rivas, motivos para soñar


Rivas, motivos para soñar

Cuentan que cuando el maestro llegó en 1966 a la finca La Paloma aún sin quitarse el polvo del camino preguntó dónde estaba la escuela, mientras los pobladores contemplaban desconfiados al muchachito de 18 años y mirada expresiva que parecía un alumno más. Ante la imposibilidad de regresar a casa, tuvo que hospedarse de lunes a viernes en el hogar de José y María, ubicado en la finca El Chamizo, perteneciente a Ceiba Mocha.

 

Muy pronto las dudas fueron sustituidas por la admiración hacia el joven que despertaba temprano y transitaba cuatro kilómetro hasta llegar al aula y recibir a los niños, para después dedicar las noches a instruir a los adultos de la zona. Así, se fue convirtiendo en un hijo más de aquellos predios, donde la bondad lo saludaba desde cada puerta, envuelta en el aroma del café matutino o en los rostros asombrados que permanecían en silencio, escuchándolo.

                          II

-¡Hoy si voy a aprender!, ¡llegó mi maestro!

Ante el saludo de la niña, Regino Rivas Díaz olvida el cansancio de recorrer siete kilómetros cada sábado y de los 68 años que se ciernen sobre sus pasos, para enseñarla a mirar más allá de sus limitaciones físicas. Sabe que incluso el destino es su cómplice, pues ideó su regreso al mismo batey de Ceiba Mocha donde hace cinco décadas atrás fue el muchacho inquieto que conquistó la gratitud campesina.
 

“Mi trayectoria ha estado llena de coincidencias. La noche en que llegué a Managua con el objetivo de iniciar la misión internacionalista nos alinearon en fila para indicarnos hacia qué departamento debíamos ir. Cuando llegó mi turno me ordenaron: “Rivas, usted va para Rivas”, entonces recordé que cuando era niño le había dicho a mi maestra de geografía que algún día visitaría ese lugar. Inmediatamente corrí a escribirle una carta donde le comuniqué: “Profesora, estoy en Rivas, como dije en mi pupitre una vez”.

Y es que la existencia de Regino ha sido un desafío constante al desaliento, al egoísmo de dar la espalda al mundo exterior que espera porque alguien le siembre nuevas ilusiones.

“Alrededor de 33 años marcan mi camino como Director y subdirector de centros docentes. La primera experiencia fue en el internado Julio Antonio Mella. Después, al volver de Nicaragua me situaron al frente de la escuela primaria Mártires de la Cumbre, donde se realizó un trabajo inolvidable con la comunidad. Sin embargo, mi vocación se fortaleció verdaderamente al asumir durante 21 años la dirección de la Escuela de Formación Integral Antonio Guiteras. Nos veían como su familia, realizábamos actividades prácticas de talleres y oficios, y poco a poco se evidenciaban las transformaciones en los alumnos”.

 Posteriormente, fungió como metodólogo en la dirección municipal de educación de Matanzas y una vez más, ante el llamado del territorio, asumió el reto de ser profesor en la Escuela de Conducta Conrado Benítez donde permanece actualmente.

Al indagar sobre la obra de Rivas, tal vez muchos mencionen las medallas de la Alfabetización, Jesús Menéndez, Hazaña Laboral, Misión Internacionalista, 28 de septiembre, 40 Aniversario de las FAR, o quizás la Distinción cubana al educador y los sellos Ernesto Guevara, Frank País. Mientras otros resaltarán la Medalla conmemorativa de la ciudad de Matanzas, la Orden Lázaro Peña y los diplomas otorgados por participar en movilizaciones, zafras, recogida de café, donaciones de sangre… No obstante, confiesa que el reconocimiento más valioso es la expresión de sus estudiantes.


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“El año pasado durante la jornada por el día del educador en la escuela de conducta, el estudiante Yuniesky Cárdenas comenzó a leer un poema en medio de la plaza: “Maestro quiero decir/con estas pocas palabras/que con amor usted labra/un camino para mí”… al terminar comprendí que había sido escrito en mi honor. Los presentes comenzaron a aplaudir y nadie pudo evitar las lágrimas”
“Tengo el privilegio de que mis dos primeras maestras Carmen y Soraida estén vivas. Ellas son mi inspiración a seguir superándome. Me gradué como maestro primario, maestro defectólogo, Licenciado en Defectología en la especialidad de Trastornos de la Conducta y en el 2007 obtuve la Maestría en Ciencias de la Educación Superior. Aún aspiro a cursar el doctorado, a pesar de que muchos consideran que es una locura a mi edad.

“Me preguntan qué voy a hacer en el futuro, pero siempre respondo que no me preocupo por el porvenir, que solo pienso en lo que estoy haciendo en el presente. Siento profunda tristeza cuando me avisan de la muerte de algunos de mis alumnos. Siempre he considerado que el magisterio es como cuidar de un jardín donde las flores se abren poco a poco y con el tiempo van desapareciendo. Eso sí, lo esencial en esta tarea es luchar contra la pobreza de ánimo, porque no hay cambios sin sueños, ni sueños sin esperanzas”.


Amor multiplicado en la distancia

Cuando le preguntan por mamá y papá, el pequeño Hamlet contesta que “están trabajando lejos”, que montaron un avión e “hicieron ñiiiii...” ...