“Si cocinas como caminas, me como hasta la raspita”, le susurra al oído un joven que transita en la misma acera que ella, y no puede evitar sonreír ante la ocurrencia del admirador. Resulta que el cubano, pícaro, eterno enamorado de la vida y dispuesto siempre a apreciar lo bello, ha desarrollado la capacidad de crear piropos ingeniosos que retan a la imaginación y atrapan la atención de las agraciadas féminas.
La labor de clasificar estas frases sería interminable, pero es posible diferenciar algunos que resaltan por su contenido. Por ejemplo, existen piropos de ciencia ficción, como el que le regalaron a cierta amiga cuando llevaba puesto un vestido tejido: “Niña, quien fuera Spiderman para enredarse en esa telaraña”, o algunos más fatídicos como aquel expresado a una muchacha frente a una funeraria: ¡Ay, quien pudiera morirse a tu lado mi cielo!