Para Elpidio Valdés, patriota sin igual, / no hay gaito que lo pueda espantar. /En el combate es enérgico y vivaz, / y a las balas el pecho siempre da… ¡Cuántos recuerdos de mi infancia regresan a mi pensamiento al tararear esta melodía!
Entonces recuerdo cuando sentada junto a mi papá comencé a observar cada episodio y o para ver quién se aprendía más fragmentos de memoria o quién imitaba mejor las voces de los personajes.
Allí nos reíamos cada vez que Resóplez fallaba en su intento por capturar a Elpidio y disfrutábamos ver a Eutelia con su vaca pomarrosa. Y es que las aventuras de Elpidio Valdés, despertaron en mí el deseo de amar a la Patria, de vislumbrar cuánto orgullo se siente al ver ondear la bandera de Cuba libre y soberana.
Este año, cuando el animado arriba a su 45 años de existencia, el mejor regalo para Juan Padrón, su creador, es haber encontrado la clave para cultivar millones de sonrisas en los niños cubanos y propiciar que de generación en generación se transmita el deseo de ser como Elpidio, un patriota de pura cepa, espontáneo, solidario, fiel…
Gracias Elpidio por recordarnos que Cuba es la tierra más hermosa del mundo, que no hay nada como tomar una buena jícara de café y que el amor es un regalo que debe compartirse a cada instante. Sigue cabalgando sobre Palmiche, “un caballo de guerra” y librando batallas en nombre de la identidad de tu nación, espero encontrarte siempre entre mis más preciadas memorias: ¡Hasta la vista compay!.
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