Los sueños cumplidos de las mujeres cubanas

La mirada soñadora de sus ojos, su voluntad para sobreponerse a la embestida del destino, su capacidad para colocar sus fuerzas a la par de los hombres y construir nuevos horizontes para la nación, forman parte de los rasgos que identifican a la mujer cubana. Mezcla de ternura y firmeza, sus pasos se entrelazan con la identidad y la historia de esta Isla donde su voz no es opacada por vanos prejuicios, sino que se eleva como un canto a la igualdad.

Hoy, a al cumplirse el aniversario 56 de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), las sonrisa de Vilma parece reflejarse en el rostro de tantas féminas que encuentran en las convicciones de ayer, el impulso para seguir ganando protagonismo en medio de la sociedad y el mundo.

Matanzas recuerda en este día, aquellos primeros años del triunfo revolucionario donde cuentan los historiadores que , “se unificaron la Columna Agraria Femenina “José Martí”, presidida por Isabel Mulet de Cantallops; la Brigada Femenina Revolucionaria de Matanzas, dirigida por Juana Teresa Fernández Artiles; el Frente Femenino del M-26-7 en Cárdenas, dirigido por Concepción Hernández Baró (Conchita); la Unión Femenina Revolucionaria (U.F.R.) que tuvo como responsable a Virginia Pérez Saavedra, de larga militancia comunista y gran prestigio ante las mujeres cardenenses, entre otras de las diversas localidades”.

El Ejecutivo Provincial quedó constituido el 12 de agosto de 1961, en el local actual de la FMC, sito en Contreras no. 67. “Se formaron delegaciones en los barrios, cooperativas, fincas, centros laborales de cada municipio y localidad. La Delegación Municipal de Matanzas, hasta el 31 de julio de 1961 contaba con 643 federadas y radicaba en Manzano no. 85, bajo la dirección de Hilda Rodríguez Aldana; la de Versalles, 130 federadas y la de Pueblo Nuevo, en Santa Rita no. 108, con un total de 403”.

Los años han transcurrido y nuevos retos surgen ante los pasos de las federadas. No obstante, nada sobrepasa sus anhelos de crear, su ternura infinita de concebir el futuro y su convicción ineludible de que ocupan un sitio privilegiado junto al hombre en la construcción del porvenir cubano.