“Nuestra historia es una historia viva, que ha palpitado, resistido y sobrevivido siglos de sacrificios”
Rigoberta Menchú
El
16 de diciembre de 1825, en las fértiles sabanas de Macurijes, se
produjo la fundación de un pueblo que llevaba este mismo calificativo.
En aquella época existía un corral donde cada amanecer sorprendía a los
pobladores, pues durante la noche desaparecía el ganado.Las soluciones
al enigma fueron diversas. Mientras que algunos aseguraban que debido a
la poca seguridad del redil, los animales salían a dar un paseo
nocturno, otros atribuían la culpa a una banda de ladrones que azotaba
el territorio.
Así
surgió un halo místico en torno al pueblo, que adquirió muy pronto el
nombre de Corral Falso de Macurijes. Por eso, a pesar de que el 12 de
febrero de 1897 se le confirió el título de Villa María Cristina de
Macurijes, al año siguiente, tras concluir la guerra de 1895, le fue
restituido el de Corral Falso, el cual perduraría hasta el 1 de julio de
1901cuando adquirió el de Pedro Betancourt en homenaje al Mayor General
del Ejército Libertador.
AMAR LA REALIDAD DESDE EL MITO
Al
recorrer el parque Pepe Roque, en el cual se alza el templo católico de
Santa Catalina Virgen y Mártir,es posible encontrar áreas donde las
pisadas suenan huecas. Dicen que en la época colonial existía un túnel
que comunicaba el templo con el cuartel español, hoy escuela primaria
José Antonio Echeverría. Sin embargo, la entrada del mismo sigue siendo
un secreto…
En
el misterio permanece también la muerte de Felipe de Las Cuevas,
conocido como El Mexicano. Este español fungió como arrendatario en el
hotel La Palma durante la década de 1930, hasta que en abril de 1939
decidió poner fin a su vida cortándose las venas. Por suerte, algunos
vecinos lograron salvarlo e inexplicablemente horas más tarde se ahorcó.
Tiempo después, los huéspedes que pernoctaban en el inmueble aseguraban
verlo bajo las escaleras con la soga al cuello y los brazos vendados,
mientras se abrían y cerraban las ventanas…
Y
es que el municipio de Pedro Betancourt, guarda espacios para ese
realismo mágico que atesoran sus habitantes y emana desde el reloj del
ayuntamiento que anuncia la lluvia, porque cuando se nubla hacia esa
zona, el aguacero “es seguro”; los majaes del ingenio Mariate que
fumaban tabacos y eran protegidos por las almas de los esclavos; el
chichiricú de la laguna de Goyo al que apodaban Chuchumeco o la joven
que enterraron vestida de blanco y aún recorre así los contornos del
almacén de azúcar del central Cuba Libre, el cual construyeron en el
mismo sitio donde estaba su casa.
Después
de permanecer dispersas en la memoria, estas y otras leyendas han sido
salvadas del olvido gracias a la labor investigativa de Yenisbel Martell
Santana, joven graduada de Licenciatura Estudios Socioculturales que ha
encontrado en el rescate de dichas narraciones el modo de afianzar la
identidad de los betancourenses.
“Tuve
la oportunidad de conversar con los ancianos del pueblo, aplicar
encuestas y constatar cómo cada cual le coloca nuevos detalles a estos
relatos. Así surgió una Plaquette con doce leyendas. El propósito es
quellegue a centros educacionales, comunidades, para que los jóvenes
hagan suyas estas tradiciones orales. El plegable sería también una
forma diferente de presentarnosante los visitantes. Profundizaren el
conocimiento de la esencia popular que nos caracteriza, permite que no
se pierda el amor y el sentido de pertenencia hacia esta tierra”.
SALVAGUARDAR LA IDENTIDAD QUE NOS UNE
“El
municipio ha sido la cuna de importantes personalidades como el doctor
Benigno Souza, quien escribiera una de las biografías más completas en
torno a la figura de Máximo Gómez, y María del Carmen Villar Buceta,
intelectual que se destacó en sus labores como bibliotecaria, poetisa, y
se incorporó al grupo Minorista en la lucha contra la dictadura de
Machado.
“Tenemos
el privilegio de que el cantante Barbarito Diez Junco naciera en el
batey del ingenio San Rafael de Jorrín en Bolondrón en 1909,sin obviar a
Arsenio Rodríguez,(el ciego maravilloso), natural de Güira de
Macurijes”, expresa el MSc. Julián Rogelio Álvarez López, historiador
del municipio.
La monografía histórica del territorio, fue confeccionada por Álvarez López, Nereida C. Cárdenas Pumariega y María Teresa García Souza. Sus páginas relatan instantes inolvidables como el paso de la Invasión a Occidente en diciembre de 1985.
“La
invasión penetró en el territorio de Corral Falso en la madrugada del
día 24 de diciembre por el camino del barrio del Ciego, en dirección de
la laguna de Macurijes. La columna continuó con rumbo sur bordeando el
poblado de Corral Falso sin penetrar en el caserío. En su arrollador
paso, dejaba una estela de cañaverales incendiados”, reseña Cárdenas
Pumariega.
El
primero de julio del 2001, los betancourenses celebraron el centenario
del cambio del nombre del pueblo. Ahora, cuando el 2016 marcará 191 años
de su fundación, el centro histórico urbano despierta un gesto de
nostalgia ante las ruinas del Hotel la Palma. Las miradas giran en torno
al muro anacrónico que cierra las esperanzas de revitalizar el edificio
perteneciente a la tienda de ropas La Casa Verde (construido a inicios
del siglo XX), mientras otros contemplan el cine que permanece inmóvil
en el recuerdo del último filme exhibido.
Por
eso, cuando el sentido de pertenencia de los betancourenses más jóvenes
parece alejarse al desandar la arteria principal, es imprescindible
recordar que, más allá de la apariencia exterior, de la arquitectura
desgastada por los años y la indiferencia, late una tradición que los
hace únicos y revela, como expresara Yenisbell, cuánto de sueños e
historia entrelazan a los pobladores de ayer y de hoy.
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