Aunque a finales del 2013 Elián González confesó al blog Quinquenio de Luz
su preferencia por pasar inadvertido, ello se le vuelve casi un sueño
incumplible. El joven de 22 años, sin dudas, constituye un símbolo para
el pueblo cubano, que marcó una nueva etapa de lucha ideológica en la
Isla.
Hace
algunos días fuimos testigos de cómo aquel niño de sonrisa tímida se
convirtió en un profesional de las ciencias económicas al graduarse de
Ingeniero Industrial. Tras cursar cinco años de intenso estudio en la Universidad de Matanzas,
sus manos exhibían el título con orgullo en medio de una felicidad
compartida. No faltaron a su lado los amigos, los compañeros del aula y
aquellos profesores, que fueron cómplices de su empeño por ser un alumno
más y no una figura pública.
Pero antes de recibir su título, Elián, con su sencillez y sin temblarle la voz, leyó en nombre de los graduados una carta al líder histórico de la Revolución:
“En
1953, en el centenario del natalicio de José Martí, usted y la
generación que le acompañó, no dejó que murieran las ideas de nuestro
Apóstol; y nosotros hoy, en medio de la celebración de su 90 cumpleaños,
nos comprometemos a no dejar perecer sus sueños de justicia y paz el
mundo, a no olvidar quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos,
a crecernos en el día a día, enarbolando la solidaridad, la calidad en
nuestro trabajo, la ética y los valores revolucionarios, como principios
inviolables de nuestro comportamiento”.
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