Iván
González Faure, Eulises Garlobo Martínez y Yasnier Mosqueda Rodríguez, juegan
juntos a la orilla del río para ver quien divisa el pez mayor, mientras deciden
cuál será el primero en lanzarse a las aguas del San Juan.
Allí, ha nacido entre ellos una amistad que de
seguro recordarán cuando comenten sobre las vacaciones a sus familiares en los
poblados de Boca de Camarioca, Jovellanos y Palo Seco. Y es que desde el inicio
de la temporada estival, muchas familias se acercan a las instalaciones de la Empresa Provincial
de Campismo Popular.
Bacunayagua,
San Juan, Río Canímar, Canímar Abajo y Faro de Maya, conforman las cinco
instalaciones que prestan servicios en la actualidad.
OPCIONES PARA DISFRUTAR EN FAMILIA
Según
Carlos González Díaz, especialista de recreación y alojamiento de la empresa, desde
marzo comenzaron a venderse las reservaciones y casi todos los centros tienen
cubiertas sus capacidades desde el 15 de junio, hasta el 15 de septiembre. A
ello se suma la modalidad de pasadías que cobra demanda y garantiza a los
interesados transporte, merienda y almuerzo por precios módicos.
De
igual forma, en cada base se llevaron a cabo labores de mantenimiento que aún
persisten a fin de brindar un mejor confort a los huéspedes.
Anay
Rodríguez González, carpetera del campismo Bacunayagua, explica que el mismo
posee un total de 17 cabañas, de seis personas cada una y cuentan con 31
ventiladores, 14 televisores y ocho refrigeradores. Eglys Velásquez Labañino,
director de la base, expresa que como parte de los preparativos se revisó toda
la planta habitacional, se colocó carpintería de aluminio en las ventanas y
renovaron la mayoría de las literas y colchones.
“Comenzamos
a colocar puertas nuevas y adquirimos parte de los recursos para instalar un
tanque auxiliar que nos permita disponer de agua 24 horas. Además, desarrollamos
excursiones al mirador de Bacunayagua, a través de un sendero que permite al
visitante contemplar el panorama debajo del puente”.
Entre
los proyectos aprobados para el mejoramiento del sitio, se encuentra la
culminación de un ranchón que fungirá como bar y sala de juegos y la
remodelación del parque infantil deteriorado por el efecto del salitre.
Por
otra parte, Río San Juan es una instalación que posee 46 habitaciones y brinda
solamente como servicio añadido el alquiler de ventiladores. Su directora,
Ayrén Medina Rodríguez, explica que aunque durante la etapa baja no se culminó
el proceso de mantenimiento, sí se cambió el 90% de la carpintería,
sustituyeron los juegos de baño, además de garantizar la pintura interior.
“La
iluminación exterior es adecuada y los fines de semana recibimos el apoyo del
Minint de Limonar durante las fiestas nocturnas, ya que la afluencia de
personal es mayor. Hasta la fecha los clientes muestran satisfacción y se
deleitan con el entorno, los recorridos hacia el nacimiento del río y otras
propuestas”.
Por
su parte, Ernesto Martínez Fuentes, responsable del campismo Río Canímar (Canímar
arriba) es un directivo joven que potencia el mejoramiento del centro, el cual resulta
el de mayor extensión.
“Esta
era una de las instalaciones que más problemas presentaba en cuanto a deterioro
constructivo. Gracias al esfuerzo conjunto rescatamos espacios y mantenemos la
belleza de las áreas verdes. Estamos enfrascados en los últimos detalles de los
locales correspondientes a la enfermería, la sala de video y el restaurante”,
manifiesta Martínez Fuentes.
En
cuanto a Canímar Abajo, Evelio Rosales Guerra, máximo responsable, añade que el
sitio se destaca por ser la única base con medios náuticos, recuperados gracias
a la dedicación de los trabajadores.
“Este
año potenciamos los trayectos hacia lugares de importancia histórico-cultural
como el museo El Morrillo, la escalinata donde cayeron Antonio Guiteras y
Carlos Aponte y el cementerio aborigen próximo al campismo. Mientras que en
horarios habituales realizamos competencias de karaoke, baile… expone Rosales
Guerra.”
LOGROS Y DESAFÍOS EN BUSCA DE LA SATISFACCIÓN DEL
CAMPISTA
Entre
los inconvenientes fundamentales que persisten en las bases de campismo, se
reitera la escasa provisión de confituras en los quioscos en divisa. A ello se
suman los problemas en la adquisición de platos fuertes para el menú y la insuficiencia
de implementos lúdicos como pelotas, juegos de dominó, billar...
“Los
propios animadores hemos aportado elementos para que no se detenga el programa
de entretenimiento, pero los equipos de audio y micrófonos están deteriorados y
dificultan nuestra labor”, afirma Yoslay Rivero Cabrera, técnico de recreación
del campismo Río San Juan, quien resalta como uno de los promotores de actividades
de mayor experiencia y talento.
No
obstante los disímiles aspectos que urge mejorar, muchos campistas coinciden en
que reservar en dichas unidades es sin dudas una oportunidad para el descanso y
el esparcimiento, por lo cual es común que se eleve el número de repitentes.
Así
lo afirman en Río Canímar Edgar Luis González Sánchez y Yoán Sosa Pérez de 18 y
17 años respectivamente, quienes opinan que los jóvenes ven los campismos como
una propuesta excelente para compartir en grupo.
Enalbe
Torres Fernández, de la localidad de Alacranes argumenta, “cuando decidimos
reservar en Canímar Abajo no había capacidad, entonces nos explicaron sobre la
modalidad de casas de campaña y accedimos. Ha sido una experiencia maravillosa
para los muchachos y nos brindan buenas atenciones”.
Los
campismos en la provincia de Matanzas son privilegiados por la belleza del
entorno y se convierten en una propuesta más asequible. Por eso, resulta vital continuar
destinando recursos para el mejoramiento de estas instalaciones que brindan la
oportunidad de compartir en familia, juntos por naturaleza.
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