Hace un año, retornaron a su país los antiterroristas Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero,
lo que representó el fin de una lucha protagonizada durante más de una
década por el pueblo cubano, para que cinco de sus hijos fuesen
liberados de un encierro injusto en cárceles estadounidenses.
Hernández, Labañino, Guerrero, junto a René González y Fernando González (conocidos internacionalmente como Los Cinco), fueron arrestados por las autoridades de Estados Unidos en 1998 y sentenciados, en un proceso amañado según diversas personalidades, a desproporcionadas penas por alertar de acciones violentas impulsadas desde Florida contra Cuba por grupos terroristas.
Tal hecho representaría el principio de una larga y difícil batalla por la libertad de cinco individuos excepcionales,
que pese a las vicisitudes de la prisión, nunca claudicaron frente a
las presiones, ni cedieron ante la injusticia, ni traicionaron sus
ideales.
De ese modo, se imponía la lucha por la liberación de estos hombres
que fueron a su misión bajo la divisa de proteger a su tierra de los
terribles efectos del flagelo del terrorismo.
Por ello, se escuchaban entonces las palabras del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, cuando afirmaba certero y avizor, el 23 de junio de 2001: La inocencia de esos patriotas es total. Sólo les digo una cosa: ¡Volverán!
Y volvieron. Primero fue René, después Fernando: en ambos casos tras
cumplir sus respectivas condenas pisaron suelo patrio para recibir el
homenaje y el afecto de Cuba agradecida. La causa de los Cinco se había
convertido en la de todo un pueblo y atraído la expresión solidaria de
las más disímiles partes del mundo.
Sin embargo, la felicidad no era completa, como se reconoció en aquel
momento: faltaban tres hermanos de lucha, decían René y Fernando, y así
lo sabían los familiares de los Cinco y lo sentía Cuba entera.
De ahí la magia del 17 de diciembre de 2014, cuando
se anunció una nueva etapa en las relaciones Cuba-Estados Unidos y
Washington reconoció claramente lo fracasado de su política hostil de
más de medio siglo contra la isla, y al fin los tres héroes que permanecían prisioneros fueron liberados y regresaron a su isla.
La noticia se hizo oficial durante la memorable comparecencia
televisiva del presidente cubano, Raúl Castro, acaecida en aquella
extraordinaria jornada.
En su alocución, el dignatario recordó la promesa vigente de Fidel
Castro y dijo para alegría compartida de 11 millones de compatriotas:
arribaron hoy a nuestra Patria, Gerardo, Ramón y Antonio.
Al recibirlos ese mismo día, Raúl Castro les expresó la gratitud de todo un país: Orgulloso de ustedes por la resistencia que mostraron, por el valor y el ejemplo que representa eso para todos, aseveró.
Después sólo hubo cabida para los abrazos y el reencuentro largamente
esperado con la familia. Además, acontecieron escenas de gran
emotividad cuando Hernández, Labañino y Guerrero se encontraron con sus
compañeros de causa, René y Fernando González.
Finalmente juntos, los Cinco ratificaron su fidelidad a la
Patria y manifestaron su plena disposición y voluntad de seguir
cumpliendo con las tareas que les asigne la Revolución.
Reconocimiento de un pueblo a sus héroes
Un especial momento para los antiterroristas lo constituyó también la
imposición del título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa
Girón.
Aunque ya desde 2001 la Asamblea Nacional del Poder Popular les había
otorgado la condición honorífica que los distinguía como héroes de su
nación, la entrega de tal distinción en suelo patrio no había podido
concretarse ante la cruda realidad de la injusta prisión en Estados
Unidos.
Por ello, el 24 de febrero de 2015, al cumplirse el aniversario 120
del reinicio de la Guerra de Independencia, los Cinco recibieron en el
Palacio de Convenciones de La Habana el merecido homenaje de su pueblo.
En acto solemne se les reconoció “por cumplir con dedicación,
dignidad y firmeza la sagrada misión de defender a Cuba protegiéndola
del terrorismo a riesgo de sus vidas y soportando enormes sacrificios en
un medio hostil y agresivo”.
El presidente Raúl Castro les impuso las sendas condecoraciones a los
Héroes, quienes saludaron y abrazaron a su vez al General de Ejército
con la satisfacción del deber cumplido.
Gerardo Hernández -en nombre de los Cinco- agradeció a Raúl Castro,
al pueblo de Cuba y a todos aquellos que en el mundo hicieron posible la
liberación y regreso suyo y de sus compañeros a la Patria.
Asimismo, reafirmó el compromiso, “a todo nuestro pueblo, de servirle
hasta el último de nuestros días, y de ser siempre fieles a las ideas
de Martí, del Che, de Fidel, y de Raúl”.
Pero el primer pensamiento de los Cinco -aseguró- ha de ser para un
hombre, cuyo liderazgo y visión estratégica fueron decisivos en la
batalla que condujo a nuestra liberación y quien con su ejemplo nos
inculcó siempre su espíritu de lucha, resistencia y sacrificio:
¡Comandante en Jefe (Fidel Castro), esta condecoración que hoy recibimos es también suya!, resaltó Hernández en su discurso.
Poco después, el 28 de febrero los Cinco cumplían un sueño: se
reunían con el líder histórico de la Revolución Cubana, quien manifestó
sentirse feliz, escuchando los maravillosos relatos de heroísmo de estos
hombres, que nunca hicieron daño alguno a Estados Unidos, y que sólo
trataron de prevenir e impedir los actos terroristas contra su pueblo.
(Tomado de Prensa Latina)
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