Fotorreportaje: Ramón Pacheco Salazar
Un Blog, para soñar la palabra desde la magia de la poesía, para viajar hacia el infinito mundo de la creación y el periodismo
miércoles, 30 de noviembre de 2016
Matanzas en espera de la caravana para rendir tributo a Fidel (fotorreportaje)
#Matanzas
en espera de la caravana para rendir tributo al líder histórico de la
Revolución. Desde bien temprano el pueblo acude a las calles y la ciudad
contempla el vuelo de las banderas.
Fotorreportaje: Ramón Pacheco Salazar
Fotorreportaje: Ramón Pacheco Salazar
Fidel más vivo que nunca desde su pueblo
martes, 29 de noviembre de 2016
Estación Experimental Indio Hatuey: Otra huella de Fidel en Matanzas
La Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, ubicada en el municipio de Perico, en la provincia de Matanzas, es hoy un signo más de la huella del Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en el territorio.
Tras el triunfo revolucionario en enero de 1959, Cuba contaba con una ganadería extensiva, basada fundamentalmente en pastos naturales de baja calidad, que distaba mucho de satisfacer las necesidades de la población. Por ello, el Comandante en Jefe impulsó la fundación de dicha estación el 8 de marzo de 1962, convirtiéndose en el primer centro de la rama agropecuaria fundado por la Revolución.
Desde entonces se ha dedicado a la obtención de nuevas variedades de pastos y forrajes, al desarrollo de nuevos alimentos para la ganadería y de sistemas sostenibles que permitan intensificar la producción pecuaria y la generación de múltiples servicios ambientales, así como al estudio de los aspectos socio-económicos, de gestión e innovación tecnológica en el entorno rural ganadero.
Dicho centro, perteneciente al Ministerio de Educación Superior (MES), tiene entre sus objetivos generar conocimientos para optimizar los sistemas de producción agropecuaria, con un enfoque interdisciplinario, sobre la base de los principios de la agroecología; fortalecer la capacidad técnica de los talentos humanos internos y externos para mejorar la gestión institucional y de los actores relevantes del sector agrario; así como fortalecer los vínculos con el sector agrario y otros actores claves para contribuir a la introducción y diseminación de resultados científico-técnicos que potencien el desarrollo sostenible del sector.
Disímiles son los proyectos nacionales e internacionales que se llevan a cabo como resultado de la labor investigativa de los profesionales pertenecientes a la Estación Experimental de Pastos y Forrajes.
Entre los lauros alcanzados se encuentran las distinciones especiales del MES por méritos relevantes en el trabajo de Investigación en la Educación Superior, así como en el trabajo Económico - contable y el trabajo de Posgrado.
Hoy, cuando Cuba se estremece ante la desaparición física de Fidel Castro, desde Matanzas su legado perdura en el desarrollo científico y cada sitio de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey revela su pensamiento visionario y vuelven a la memoria aquellas palabras de su puño y letra que dedicó a la institución en su aniversario 50: “Para la Estación Experimental Indio Hatuey (…) con un cúmulo de conocimientos científicos que hoy el país necesita por la acción con la mayor urgencia”.
Desde Matanzas: Y Fidel se hizo pueblo
Este lunes las calles de Matanzas no reflejaron su rutina habitual. Contreras y Milanés resultaron estrechas para albergar los pasos del pueblo yumurino, que concurrió espontáneamente a manifestar sentido homenaje póstumo a Fidel Castro, el Líder de la Revolución Cubana.
Hasta el Palacio de Gobierno, sede de la Asamblea Provincial del Poder Popular; y la sala de conciertos José White, llegó el desfile de la multitud, llevando en sus manos flores para colocarlas ante su imagen. Entonces, segundos de silencios, saludos militares, lágrimas… fueron expresiones compartidas.
Teresa Rojas Monzón, primera secretaria del Partido en el territorio; y el general de división Raúl Rodríguez Lobaina, jefe del Ejército Central, dieron inicio a la guardia de honor secundada por Tania León Silveira, presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, y otras autoridades del Partido, el Gobierno y personalidades del ámbito cultural, deportivo, héroes del trabajo y oficiales de las FAR y el Minint.
Allí, el dolor se hizo eco en el rostro de Nemesia Rodríguez Montano, inmortalizada por el Indio Naborí en el poema Elegía de los zapaticos blancos; y Reynaldo Castro Yebra, primer Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Asimismo, ante el legado imperecedero de Fidel, miles de firmas matanceras manifestaron la validez del concepto de Revolución expresado por el Comandante en Jefe en el año 2000.
FIDEL EN LA VOZ DEL PUEBLO
“Somos parte de los anhelos de Fidel. A veces, por tenerlo siempre cerca, no nos dábamos cuenta de su grandeza, de su obra construida. Ahora es cuando realmente apreciaremos la inmensidad de sus sueños. Él va a seguir creciendo en sus enseñanzas”, expresó el reconocido artista de la plástica Manuel Hernández, premio nacional de periodismo José Martí y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, mientras la emoción le nublaba las pupilas.
En el trayecto hacia el libro de firmas, Andrés Aldama Cabrera, campeón olímpico de boxeo en Moscú 80, recordaba su regreso de Yugoslavia, tras el campeonato mundial celebrado en 1978 donde no pudo conquistar la corona. “En aquel momento, Fidel recibió al equipo en el aeropuerto, como era su costumbre, y me dijo: tenías que tirar más el jab. Era sin dudas un profundo conocedor de esta disciplina”.
Por su parte Evelio Hernández, receptor y gloria deportiva del béisbol matancero, más allá de aquel juego inaugural del estadio Victoria de Girón, donde el Comandante bateó la primera bola a su lado, prefiere definirlo como un gran jefe. “El concepto de Revolución es la expresión más alta de su sentir. Allí está proyectado el rumbo que debemos mantener”.
A estas figuras se sumó Osmany Sánchez Díaz, coordinador provincial de los CDR, quien rememoró la genialidad del líder histórico al crear lo que él mismo denominó un sistema de vigilancia revolucionaria, que con el tiempo, se convirtió en la mayor organización de masas del país y ha sido signo de humanismo, solidaridad y altruismo.
UNA JUVENTUD QUE PROMETE NO OLVIDAR
Muy cerca de ella, las voces juveniles rodean a nuestro equipo de reporteros en el afán de no permanecer en el anonimato. Así, los alumnos del Instituto Preuniversitario José Luis Dubrocq evocan su memoria.
“Mi familia es fidelista, siempre me enseñaron que él era un hombre de palabra. Hoy más que nunca la juventud debe estar unida para demostrar que, aunque se haya ido físicamente, va estar presente en cada decisión que tomemos”, aseguró Stephany O'connor Cruz.
A este criterio se sumó el del joven Kevin Estupiñán López, quien declaró: “Hemos perdido a un padre”.
Nos alejamos de la multitud. Desde lejos contemplamos cómo fluye el mar de pueblo. Mientras el viento parece repetir los versos de la estudiante Arianna Debeso Álvarez: “y es que saben los que tienen/ tu presencia en sus adentros/ que tú nunca te has muerto/ que tú nunca te nos fuiste/ que tú siempre aquí volviste/ con tus manos guerrilleras/ como si Cuba tuviera/ un Fidel en cada alpiste”.
lunes, 28 de noviembre de 2016
Tú no te has ido, Fidel
No voy a evocar el llanto
cómplice de la tristeza,
voy a hablar de tu firmeza
que curó siglos de espanto.
No voy a hablar de quebranto
ni trágica despedida,
voy a hablar de Cuba erguida
no de la palabra inerte,
si en el juicio de la muerte
fuiste absuelto por la vida.
No te has ido, tu sonrisa
que desde Birán se enciende,
cada amanecer extiende
su eco sobre la brisa.
En tu cuna se eterniza
la alegría del nacimiento
y allí en tu pupitre, asiento
de la primera lectura
elevas hacia la altura
el vuelo del pensamiento.
No te has ido, te acaricia
la escalinata otra vez
y juras ante los pies
del Alma Máter justicia.
La universidad, primicia
de jóvenes voluntades,
con nuevos sueños invades
eres un sol repetido
y con tu verbo encendido
despiertan las facultades.
No te has ido, en el Moncada
el Apóstol te saluda
y te guía mientras suda
coraje la madrugada.
Fracasa la acción armada
mas no hay tiempo para el duelo,
vas al presidio modelo,
pero tus ideas son
más libres en la prisión
que los astros en el cielo.
No te has ido, vuelve el yate
Granma a zarpar y la costa
es una dama de posta
contemplando tu acicate.
Huele a justicia el combate,
tu mano a vencer se aferra
y las lomas de La Sierra,
símbolos de rebeldía,
orientan tu travesía
como brújulas de tierra.
No te has ido, la victoria
entona un himno en enero
y el sudor de un pueblo entero
traza un camino en la historia.
Tu nombre llena de gloria
las fábricas, los centrales,
los verdes cañaverales
cada escuela, cada
casa
Isla contigo abraza
el sueño de ser iguales.
No te has ido, estás al frente
de todos los milicianos
que detienen en sus manos
la furia del yanqui hiriente.
Playa Girón en el lente
del triunfo definitivo
contempla el fusil activo
y la paz como un lucero
vuelve al pecho cenaguero
por un abril verde olivo.
No te has ido, no hay ciclón
que azote que no te duela,
tu pensamiento revela
el alma de la nación.
Eres la Revolución
testigo de un pueblo fiel,
no te has ido, no hay pincel
que pueda trazar tu adiós
no está silente tu voz
tú no te has ido, Fidel
martes, 22 de noviembre de 2016
Editora Girón: El rostro más cercano de Matanzas
¿Quién no ha sentido temor frente a una página en blanco? El espacio vacío, en espera de que las palabras atrapen el frágil vuelo del pensamiento, es siempre un reto para quien decide que sus líneas no permanezcan en la intimidad. Por eso, cuando alguna fuente cierra las puertas a la información, corro hacia el archivo de la Editora Girón y me quedo en silencio, sumida entre tantas páginas que han adquirido el color del tiempo.
Los titulares me revelan una Matanzas distinta e igual a la vez. Las crónicas de épocas pasadas van desplegándose primero en hojas amplias, de emisiones diarias, hasta reducirse al tamaño actual, donde una tirada semanal lucha por convertirse en testigo del presente, más allá de la inmediatez. Entonces, busco las obras de Celestino, Valdés Rionda y me parecen cercanas. Los imagino apasionados por el sonido de las máquinas de escribir, marcando letra a letra, mientras las hojas iban llenándose de estilos inconfundibles.
Pienso en Aurora, Maritza, Ventura, desafiando contratiempos en busca de la veracidad. Descubro los rostros jóvenes de Juanita, Yirmara, entre los comentarios de la sección En Diana y tantos reportajes donde jamás dejaron de ser fieles a sí mismas. Abro también los números del mensuario Humedal del Sur y viajo hasta Pálpite, Guasasa… de la mano de Norge, Giselle, Rouslyn y Yamila, que convidan a recorrer una Ciénaga distinta, hecha poesía desde el humo de algún horno, que eleva un mensaje de carbón hacia el cielo.
Recuerdo a Villalonga, Rivas, Olivet, Vázquez, Arestuche, Fré, cuyos rostros envejecen al ritmo de la Editora y han sido cómplices de jornadas intensas, cambios de local, la llegada de las nuevas tecnologías que transformaron las rutinas productivas.
Imagino el trabajo de Luis y otros correctores de estilo volviéndose los segundos ojos de los reporteros, sufriendo también junto a ellos cuando alguna errata se escapaba entre líneas. Allí están también las instantáneas alcanzadas por el lente osado de los fotorreporteros, el ingenio de los diseñadores en la difícil tarea de conciliar la disputa entre espacio y texto. Las caricaturas de Pitín y Manuel, esbozadas al ritmo del contexto social y aquellos nombres que se han marchado, pero su huella perdura.
Observo cada detalle y vienen a mi mente también los primeros protagonistas de Girón Web, esos que lograron que el mundo entrara a la provincia desde una ventana digital.
Es miércoles, día en que se cierra la edición. La premura me obliga a volver al ordenador. Las pruebas de planas pasan de mano en mano. En esos momentos nos convertimos en una familia que asiste al nacimiento de su primogénito. El jueves, cuando el pueblo despierte junto al semanario, algunos se conmoverán con los temas, otros juzgarán los desaciertos y vacíos informativos. Mientras, en el archivo, se colocará la edición en el último consecutivo que marca los 56 años de la existencia de Girón.
¿Quién sabe?, tal vez mañana alguien encuentre en ella la inspiración para llenar una página en blanco con una nueva historia de Matanzas.
jueves, 17 de noviembre de 2016
Universidad, soñar con tocar el cielo
¡Aprobaste las pruebas de aptitud de Periodismo!La noticia me llegó en medio de la plaza de la vocacional Carlos Marx
y apenas podía creerlo. En aquellos días soñar con el futuro era el
tema de conversación principal y por supuesto que no faltaban las
suposiciones en torno a la vida universitaria que como todo paso
implicaba cambios: ser más independiente, dejar atrás el uniforme,
olvidar la costumbre semanal de los matutinos y esforzarse en el estudio
para no conocer de cerca los temidos mundiales.
Lo
cierto es que el primer día en la Universidad de Matanzas fue una
experiencia diferente a todos los pronósticos. Al principio todo me
parecía enorme (tanto que varias veces anduve perdida tratando de
encontrar la biblioteca o el aula cuando nos cambiaban de edificio por
alguna eventualidad). No fue fácil ceder espacio a lo nuevo con el alma
llena de tantos buenos recuerdos y la nostalgia por los amigos del
preuniversitario…
Así,
llegaron los primeros turnos, las presentaciones habituales de los
compañeros de aula donde estábamos “las cinco mosqueteras” que
compartiríamos desde aquel instante cinco años en la misma beca.
Después,
amar la vida universitaria fue solo cuestión de tiempo. Cuando recuerdo
mi paso por ella pienso cuánto hubiese perdido si no hubiese conocido a
Marle, mejor dicho, la gorda, y sus ocurrencias, su voluntad a prueba
de tristezas y dificultades; o a Wendy, el terror de Cuco Juanchito (la
lagartija más asidua del cuarto), que me enseñó a colocar en una balanza
mis problemas antes de tomar una decisión y más de una vez supo
escucharme con paciencia. Y cómo olvidar a Yadira, con sus dotes para
recitar las canciones de reguetón cual si fuesen poemas de Nicolás
Guillén y aquella panetela que tuvo que preparar de nuevo porque la
primera se carbonizó y faltaban solo unas horas para mi cumpleaños, a
ella le debo más de una sonrisa y la gratitud por estar a mi lado
siempre.
Y
por supuesto no podía faltar Duny, la flaca, con su imaginación capaz
de transportarnos a todos en un dirigible hacia el cielo o de hacernos
llorar con una de sus crónicas. De ella recibí la bondad y la
sinceridad, y esa capacidad de ser cada vez más fuerte aunque los
vientos de la vida arreciaran.
Ese
era mi grupo, el de las locuras de Yadiel el flaco (que nos puso el
apodo de pelus (o sea ¡pelúasss!), el de Isita y Yanet, toda ternura; el
de Genma, Katy, Yunielis y Nailys que amó desde el vientre a su
pequeña Camila; y el de Dariel con sus intervenciones y curiosidades en
cada seminario.
Cómo
olvidar a los que comenzaron junto a nosotros el sueño universitario en
Matanzas, pero eligieron después senderos diferentes: María Isabel,
Mariana, Carmen Iris, Yaismel, Alberto.
Y
por supuesto he dejado para último a Jeidita, esa muchachita que se
quitaba rápidamente los lentes cuando en broma queríamos culparla de
algo y decíamos: “fue la de los espejuelitos”. Juntas compartimos
desvelos y preocupaciones, horas de estudio donde a veces terminábamos
peleando por el estrés y después nos disputábamos ser la primera en
dejar un papelito de disculpas en algún sitio del closet de la otra. Así
fue como encontré una hermana en la universidad y, cuando la observo
sentada a mi lado en la redacción de la Editora Girón, muchas veces
sonrío en silencio porque tal vez nadie imagine cuán dichosas somos de
compartir una amistad que se renueva cada mañana.
Esos
son mis mejores recuerdos de la Universidad, el entusiasmo del grupo,
el viaje al Pico Turquino (donde por supuesto me quedé en el kilómetro
tres del camino hacia la cima), el estudio constante y esa rara
costumbre de hacer todas las tareas e incluso recordarle a los
profesores que las revisaran; las jornadas científicas, la participación
en los festivales de artistas aficionados de la Feu o en cualquier
actividad donde, al estar en el escenario, podía escuchar el coro de: ¡Te
queremos Lianette!.
Los
días junto al profe Marcelino que nos enseñó deporte y cómo se combina
la ética profesional con la dulzura y el carisma; las clases de locución
junto a Esquivel; los turnos de Filosofía junto a Fela donde lo
principal era la “Concatenación”; los profes Juan Carlos, Omaida que
nos enseñaron a amar de verdad la historia, además de Yirmara, Daymette,
Barbarita, Odalys y tantos otros que siempre creyeron en
nosotros.
El
tiempo ha transcurrido y aún me estremezco cuando llega septiembre y
constato que ya no debo volver al aula. Los amigos de la Universidad han
tomado su rumbo, algunos más cerca, otros distantes, pero a todos nos
siguen uniendo los recuerdos, el privilegio de habernos graduado en el
mismo centro, la gratitud por haber sido formados como profesionales, y
la satisfacción de que cuando nos encontramos parece que el tiempo no ha
transcurrido y somos los mismos jóvenes que ascienden de nuevo al
dirigible de Duny para, más allá de las preocupaciones y la distancia,
soñar con tocar el cielo.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Travesuras del idioma
Dice
una amiga que ante los problemas “hay que poner la yagua antes de que
caiga la gotera” y me sorprende esta versión del refrán que siempre he
conocido como: “hay que poner el parche antes de que se abra el hueco”.
Y
es que el idioma español se enriquece en cada región con expresiones
creadas por los pueblos, e incluso un mismo vocablo adquiere
significados diferentes en un mismo continente o país.
No
deja de sorprendernos cómo en Puerto Rico, República Dominicana y Cuba,
los autobuses se denominan guaguas, mientras que Paraguay y México lo
llaman micro, bus en Costa Rica y Guatemala, colectivo en Ecuador y
buseta en Colombia. Ello sin obviar que en algunas regiones de
Centroamérica el término guagua se emplea para designar a los niños.
Indagando
en Internet descubrí que el tamarindo, sustantivo que los cubanos
relacionamos con una fruta, en El Salvador es sinónimo de ladrón. Y ni
hablar del “machete”, pues quién le dice a un campesino cubano que esta
palabra por la cual conoce a su instrumento de trabajo, en Argentina se
asocia con un papel o algún tipo de documento donde se esconden las
respuestas de un examen; en Chile, es la acción de pedir dinero sin
realmente necesitarlo; mientras que en República Dominicana se refiere a
una persona que tiene mal olor debajo de las axilas.
Existen también muchas formas de llamar a un amigo: pana (Venezuela), Cuate (México), compinche (Argentina)…
Hace
poco una colega me contaba que al conversar con una joven chilena,
descubrió numerosos significados de palabras que usamos con frecuencia.
Por ejemplo, mientras nosotros relacionamos el término pavo con un tipo
de ave, en Chile caracteriza a alguien entretenido, tonto.
¡Y
qué decir del abdomen!, lo que identificamos como barriga es para ellos
“la guata”. ¿Se imaginan por un instante utilizando este término?.
Sería algo más o menos así: “Sírveme algo de comer que tengo la guata
vacía”, “Oye, el vecino del segundo piso tiene tremenda guata” o “A
juzgar por el tamaño de la guata, el bebé será grande como su padre”.
Por
otra parte, para los chilenos el inicio de una relación de noviazgo
donde la pareja comienza a dialogar, a conocerse, se reconoce como
pululeo. Lo cual trasladado al contexto cubano quedaría de esta forma:
“te enteraste, Pepito y Juana están pululeando, deja que la familia se
entere”.
Interminables
serían las muestras y no solo asociadas a culturas foráneas, pues en
las diferentes regiones cubanas pluma puede ser un bolígrafo, o la llave
de paso de una tubería. Asimismo guineo y plátano nombran a una misma
fruta, balde y cubo a un envase y puerco y macho a los cerditos que
posibilitan elaborar los más deliciosos platos típicos de nuestra cocina
tradicional.
Y
en cuanto a las frases populares cuyo significado solo conocen los
nacidos en esta Isla, la lista sería interminable: “terminó como la
fiesta del guatao” (acabó mal), “vive como Carmelina” (vive bien) o “se
formó tremendo arroz con mango” (tremenda confusión).
La
multiculturalidad también abarca el lenguaje y esos matices conforman
la herencia identitaria de las naciones. Sin lacerar el idioma ni ceder
espacio a la vulgaridad, vale la pena dirigir una mirada hacia estas
palabras que denotan diversidad y más de una vez se han convertido en un
motivo para sonreír.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Rivas, motivos para soñar
Cuentan
que cuando el maestro llegó en 1966 a la finca La Paloma aún sin
quitarse el polvo del camino preguntó dónde estaba la escuela, mientras
los pobladores contemplaban desconfiados al muchachito de 18 años y
mirada expresiva que parecía un alumno más. Ante la imposibilidad de
regresar a casa, tuvo que hospedarse de lunes a viernes en el hogar de
José y María, ubicado en la finca El Chamizo, perteneciente a Ceiba
Mocha.
Muy
pronto las dudas fueron sustituidas por la admiración hacia el joven
que despertaba temprano y transitaba cuatro kilómetro hasta llegar al
aula y recibir a los niños, para después dedicar las noches a instruir a
los adultos de la zona. Así, se fue convirtiendo en un hijo más de
aquellos predios, donde la bondad lo saludaba desde cada puerta,
envuelta en el aroma del café matutino o en los rostros asombrados que
permanecían en silencio, escuchándolo.
II
-¡Hoy si voy a aprender!, ¡llegó mi maestro!
Ante
el saludo de la niña, Regino Rivas Díaz olvida el cansancio de recorrer
siete kilómetros cada sábado y de los 68 años que se ciernen sobre sus
pasos, para enseñarla a mirar más allá de sus limitaciones físicas. Sabe
que incluso el destino es su cómplice, pues ideó su regreso al mismo
batey de Ceiba Mocha donde hace cinco décadas atrás fue el muchacho
inquieto que conquistó la gratitud campesina.
“Mi
trayectoria ha estado llena de coincidencias. La noche en que llegué a
Managua con el objetivo de iniciar la misión internacionalista nos
alinearon en fila para indicarnos hacia qué departamento debíamos ir.
Cuando llegó mi turno me ordenaron: “Rivas, usted va para Rivas”,
entonces recordé que cuando era niño le había dicho a mi maestra de
geografía que algún día visitaría ese lugar. Inmediatamente corrí a
escribirle una carta donde le comuniqué: “Profesora, estoy en Rivas,
como dije en mi pupitre una vez”.
Y
es que la existencia de Regino ha sido un desafío constante al
desaliento, al egoísmo de dar la espalda al mundo exterior que espera
porque alguien le siembre nuevas ilusiones.
“Alrededor
de 33 años marcan mi camino como Director y subdirector de centros
docentes. La primera experiencia fue en el internado Julio Antonio
Mella. Después, al volver de Nicaragua me situaron al frente de la
escuela primaria Mártires de la Cumbre, donde se realizó un trabajo
inolvidable con la comunidad. Sin embargo, mi vocación se fortaleció
verdaderamente al asumir durante 21 años la dirección de la Escuela de
Formación Integral Antonio Guiteras. Nos veían como su familia,
realizábamos actividades prácticas de talleres y oficios, y poco a poco
se evidenciaban las transformaciones en los alumnos”.
Posteriormente,
fungió como metodólogo en la dirección municipal de educación de
Matanzas y una vez más, ante el llamado del territorio, asumió el reto
de ser profesor en la Escuela de Conducta Conrado Benítez donde
permanece actualmente.
Al
indagar sobre la obra de Rivas, tal vez muchos mencionen las medallas
de la Alfabetización, Jesús Menéndez, Hazaña Laboral, Misión
Internacionalista, 28 de septiembre, 40 Aniversario de las FAR, o quizás
la Distinción cubana al educador y los sellos Ernesto Guevara, Frank
País. Mientras otros resaltarán la Medalla conmemorativa de la ciudad de
Matanzas, la Orden Lázaro Peña y los diplomas otorgados por participar
en movilizaciones, zafras, recogida de café, donaciones de sangre… No
obstante, confiesa que el reconocimiento más valioso es la expresión de
sus estudiantes.
“El
año pasado durante la jornada por el día del educador en la escuela de
conducta, el estudiante Yuniesky Cárdenas comenzó a leer un poema en
medio de la plaza: “Maestro quiero decir/con estas pocas palabras/que
con amor usted labra/un camino para mí”… al terminar comprendí que había
sido escrito en mi honor. Los presentes comenzaron a aplaudir y nadie
pudo evitar las lágrimas”
“Tengo
el privilegio de que mis dos primeras maestras Carmen y Soraida estén
vivas. Ellas son mi inspiración a seguir superándome. Me gradué como
maestro primario, maestro defectólogo, Licenciado en Defectología en la
especialidad de Trastornos de la Conducta y en el 2007 obtuve la
Maestría en Ciencias de la Educación Superior. Aún aspiro a cursar el
doctorado, a pesar de que muchos consideran que es una locura a mi edad.
“Me
preguntan qué voy a hacer en el futuro, pero siempre respondo que no me
preocupo por el porvenir, que solo pienso en lo que estoy haciendo en
el presente. Siento profunda tristeza cuando me avisan de la muerte de
algunos de mis alumnos. Siempre he considerado que el magisterio es como
cuidar de un jardín donde las flores se abren poco a poco y con el
tiempo van desapareciendo. Eso sí, lo esencial en esta tarea es luchar
contra la pobreza de ánimo, porque no hay cambios sin sueños, ni sueños
sin esperanzas”.
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