En
la Universidad de Matanzas la literatura se adueña de los sentidos.
Cuando uno se adentra en sus espacios siente el fino sabor de un verso,
aprende a escuchar una historia en medio de la tarde, desliza los dedos
sobre páginas nuevas y experimenta el deseo de autodescubrirse el alma
cuando las pupilas deciden mirar a través de la palabra.
Nadie
como los jóvenes para hacer suyas las letras, para volver sobre voces
pasadas y transgredir el presente en busca de nuevas maneras de decir.
¿Cómo dejar que se pierdan en el vacío los impulsos creadores? Por eso,
la llegada de El Iris a la comunidad universitaria es motivo de regocijo.
Se
trata de una publicación literaria que según sus impulsores, “invoca la
luz para mostrar el talento que despierta en las aulas, en la redacción
del periódico, en la empresa que necesita ser cambiada y en el surco
donde la décima sopla la tierra”.
Sobre los propósitos que impulsan al consejo editorial y el proyecto que marca sus pasos futuros, Girón
dialogó con el escritor Carlos Chacón Zaldívar, director de El Iris y
coordinador del taller de creación literaria Pablo Neruda de la
Universidad de Matanzas.
El
Taller de creación literaria Pablo Neruda ha sido durante años espacio
para que florezca el talento de los jóvenes escritores que cursan
estudios en la Universidad de Matanzas. Siguiendo este propósito, ¿cómo
puede contribuir El Iris con la incorporación y crecimiento de las nuevas generaciones en el ámbito literario?
El
Taller de creación literaria Pablo Neruda cumple a partir de este curso
20 años de labor sistemática y fructífera, no es en puridad un espacio
para la simple escritura, ni para tener mayor cantidad de jóvenes
cultivadores, es mucho más. Es un espacio de intercambio para estimular a
jóvenes escritores a encontrarse a sí mismos, sus paradigmas de
escritura y las mejores herramientas para multiplicar sus metas
creativas.
Es
evidente que solamente con los años transcurridos, se pueden obtener
diversos premios en diferentes certámenes literarios, pero también
generar una publicación propia, cuyos contenidos literarios sean válidos
y reflejen una calidad reconocida. Así El Iris se convierte en
otra propuesta de sus hacedores, ante un contexto literario que no
legitima suficientemente el quehacer de los más jóvenes.
¿Con
qué frecuencia llegará a las manos de la comunidad universitaria esta
publicación? ¿Sobrepasará estos marcos y se presentará en otros espacios
de la cultura matancera?
En
el proyecto se propone su salida cada tres meses. Será difícil poder
llegar a las manos de toda la comunidad universitaria por obvias
limitaciones. Una publicación hecha en una Universidad que está
cumpliendo 45 años de quehacer científico y creación cultural no puede
ser pensada en exclusiva para una ciudad que pronto celebrará sus
primeros 325 años. Afuera está el mundo, con una revolución de
contenidos, e iniciar un número cero significa crear desde Matanzas y
promoverse globalmente, con la ayuda de todos los medios de comunicación
y con un permanente diálogo desde las redes sociales.
¿Quiénes
pueden colaborar con las páginas del Iris?, ¿Se mantendrán secciones
fijas de autores específicos, o variarán los temas y estilos?
Todos pueden colaborar con El Iris,
tendrá sus secciones fijas, pero nunca serán camisas de fuerza. El
tiempo indicará los temas o los estilos, desde esta esquina de la
mañana, no se puede saborear el atardecer. Las circunstancias cambian a
todas horas…
A su juicio, ¿cómo ha sido recibido este primer número?
La
publicación ya salió a la luz, no cabe a nosotros enjuiciarla. Ante
toda nueva empresa no faltan quienes se solazan a la sombra y guardan un
silencio que se confiesa hasta por los codos.
¿El Iris
dirigirá su mirada hacia materiales de corte investigativo y
profundizará en la crítica literaria, tan necesaria dentro de la
actualidad cultural de Matanzas?
El Iris ya
incorpora su propuesta, solicita materiales a los creadores que
creyeron en sus páginas, allí habrá de todas las direcciones, aunque las
carencias críticas no son exclusivas de la Isla.
Este
primer número estuvo dedicado al centenario de Juan Rulfo, ¿qué
importancia le confiere el equipo de redacción a la divulgación de la
obra de figuras cumbres de la literatura latinoamericana, nacional y
local, como fuente de aprendizaje y aliento para los futuros escritores?
Celebrar
a Rulfo en su centenario desde estas páginas demuestra que hay una
impronta abierta, se sabe que Neruda estuvo por Varadero, que su
biógrafo más importante conoció del proyecto de este Taller. Impulsar
relecturas, aprender de los paradigmas que nos alientan y convocar a
nuevos diálogos será una manera de construir la identidad que
defendemos.
El Iris,
fue el nombre de una revista cultural y literaria a la cual José María
Heredia consagró su pluma creadora, ¿Qué reto implica asumir el nombre
de esta publicación?
Asumir
este nombre significa creer en Heredia, asumir su legado como poeta
continental y luz de la lengua española. En una época de crisis es
valioso que los jóvenes descubran sus alturas tras las enseñanzas de
Martí. Heredia pertenece al futuro y El Iris viene con los jóvenes que divisan el horizonte.
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