“Ya he salvado cultivos”, dice Osmeiri
Lezcano Navarro, y con orgullo cuenta sobre aquella ocasión en que sus padres
no sabían cuál era la plaga que afectaba el sembrado de frijol en la finca.
Tras contemplar el amarillamiento de las hojas, Osmeiri afirmó que se trataba del “Salta hoja del frijol” y sugirió aplicarle algún insecticida sintético o de origen botánico. Todos decidieron darle un voto de confianza y, para el asombro de muchos, la cosecha pudo salvarse.
Así, con solo 17 años, esta joven del poblado de Australia (Jagüey Grande) demostraba que estudiar Técnico Medio en Agronomía más que una decisión, resulta una vocación que debe nacer desde el alma.
Sucede que adentrarse en el Instituto
Politécnico de Agronomía (IPA) César Escalante, es escuchar en la voz de las
nuevas generaciones historias de vida que surgen cuando se combinan el trabajo
y la investigación.
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
“Contamos con una matrícula de 153 alumnos
distribuidos en las diferentes especialidades: Técnico medio en Agronomía,
Técnico medio en Zootecnia Veterinaria y Obrero Calificado en Agropecuaria. Existe
una representación de toda la provincia y le concedemos un papel indispensable
a las prácticas laborales y preprofesionales.
“La escuela mantiene convenios con disímiles
organismos como la Estación
Experimental Indio Hatuey, la UEB
Pecuaria (Cítricos), la Empresa
Agropecuaria Lenin, la Empresa
Avícola Matanzas (CAN), la Empresa Porcino Agüica, la Agropecuaria Jagüey, la EGAME
y las Casas de cultivos protegidos de
San José de Marcos, lo cual tributa a la
formación integral de los educandos”, expresa Michel Rojas Méndez, director del
IPA César Escalante, que el 3 de octubre próximo arribará a sus 49 años de
fundado.
Sociedades
científicas, Ferias Agropecuarias que incluyen competencias de habilidades, así
como una adecuada orientación profesional a quienes ingresan en la institución,
constituyen logros esenciales.
Omar Fuentes Ávila,
fundador del centro y profesor de Información técnica y Manejo integrado de los
suelos, asegura que los programas están diseñados para que los futuros técnicos
egresen con una formación sólida.
“En relación con la
especialidad de agronomía, aprenden a clasificar los suelos desde el punto de
vista genético y agroproductivo. Les enseñamos las diferentes etapas de
preparación, siembra y actividades que deben realizarse a cada cultivo, como la
fertilización, el control de la maleza, el riego.
“Durante las
prácticas preprofesionales los alumnos son ubicados según los municipios de
residencia y para ello contamos con el apoyo de las empresas tanto
agropecuarias como pecuarias”.
En el caso de la
carrera de zootecnia y veterinaria, la profesora Aliuska Simón Quiala argumenta
que en la unidad docente productiva, perteneciente a la institución, se
desarrolla la producción avícola, cunícola y porcina.
“Aquí aplican los
conocimientos adquiridos durante las clases. Necropsias de aves, identificación
de razas, caracterización de las especies, aplicación de medicamentos,
distinción de animales enfermos y sanos, y castraciones de la especie porcina,
forman parte del plan de estudio”.
AMAR
LA TIERRA, AMAR LA VIDA
Unos cerca de la tierra, otros
pendientes de diferentes especies de animales, con las botas calzadas,
colaborando entre todos, Girón
sorprendió a estudiantes de las carreras de Zootecnia Veterinaria y Agronomía.
Resulta admirable contemplar el
trabajo de alumnas como Mayensi Montero Sánchez, quien concientiza que el
secreto para efectuar cualquier obra consiste en amar lo que se hace. “En estos
momentos estoy elaborando un compost, fertilizante orgánico que aporta
nutrientes a los suelos y mejora la textura de los mismos para así favorecer el
proceso de cultivo”.
A su lado, Richard Anglade Ponce,
comenta que otro de los aspectos que deben dominar para la realización de la
tarea integradora del año, es la lombricultura, la cual consiste en
suministrarles a las lombrices el alimento (estiércol u otro desecho), para que
después excreten el humus. Mientras, Yunior León García, afirma que quienes
estudian la carrera se convierten en “médicos de las plantas”.
Más adelante, en el organopónico
del IPA, el grupo de tercer año escarifica los canteros a fin de eliminar todas
las malas hierbas que pueden ser portadoras de enfermedades
“Mi mamá se graduó como técnica
agrónoma en esta misma escuela, crecí viendo a mi familia cultivar la tierra.
Después de noveno grado, ya tenía claro mi deseo: estudiar aquí.
“ He conocido la importancia de
la roturación que facilita la oxigenación del terreno, así como la factibilidad
de la trampa color para controlar insectos. La misma consiste en colocar
fragmentos de plástico que pueden ser de color amarillo, azul o blanco, pues
estas gamas son las que más los atraen. Las trampas se impregnan de grasa y
cuando el insecto se acerca, queda atrapado en ellas.”
Por su parte, Mario Campanioni Velázquez,
presidente de la FEEM en el IPA, aproxima a Girón hacia el muestrario de aves situado en la unidad docente
productiva avícola. “Contamos con quiquiritos, gallos finos, guineos, aves
Roilan, codornices, razas ponedoras. Uno de los momentos más impresionantes es
la realización de la necropsia, la cual nos permite apreciar los sistemas de
órganos.
“En el centro aprendemos sobre las medidas de
bioseguridad, las especies de interés económico para el país, la farmacología,
el manejo y cuidado, entre otros aspectos”.
Y casi al final del recorrido no podía faltar
el trabajo del aula anexa donde se atiende el ganado vacuno: la Vaquería de la UEB Pecuaria Torriente. En dicho espacio,
Julio César González y Mario Antonio Miranda demuestran con destreza la técnica
del enyugue y desenyuque de los bueyes y Félix Antonio Hernández y Yosvani Duque
ordeñan a “Idania” y “La Camella”.
Profesores y estudiantes
entretejen así una vocación sólida por la naturaleza, orgullosos de construir
una vida enraizada en la producción y en la ciencia.
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