Hoy es ocho de marzo y todo en el trabajo
parece igual. El menú del comedor dice que hay chícharo otra vez. Yoyo el
administrador, se habría podido esforzar para preparar al menos una merienda
diferente y nada, que dieron el mismo pan con pasta.
Yo que les había dicho a las muchachas que
vinieran lo más arregladas posibles, y allí está Marieta luciendo su creyón
mágico nuevo, Lisa con las extensiones, Gruyaisi con sus puyas y Eva María que
se compró un vestido de rayas solo para la ocasión.
Y Juana Lalista que había traído una cubeta,
hielo, azúcar, cucharón, y hasta vasitos, porque tenía la esperanza de que se
fuera a preparar refresco. La pobre, pero que conste que siempre se lo digo: “no
te apresures a los acontecimientos Juanita”…
Ahí va Epifanio, el del sindicato, ni
siquiera me dijo buenos días. En la próxima asamblea me va a tener que oír,
porque ni unas florecitas de romerillo nos regalaron, y eso que somos las
primeras en los trabajos voluntarios, hacemos los cakes para los cumpleaños
colectivos y hasta renovamos los veinte murales del centro.
Ah, y al compañero Homero no se le ocurrió
escribir hoy ni una cuarteta, él que le ha regalado poemas hasta al gato pinto.
Dice Mireya, que es una fuente confiable pues
está al tanto de cualquier movimiento, que ayer vio a Tranquilino más
espabilado que de costumbre trasladando unos sobrecitos misteriosos hacia la
dirección. De seguro que era más trabajo para el mes.
Parece mentira que no nos tengan en cuenta.
Nosotras que somos casi la mayoría en este colectivo laboral y que nos hemos
ganado por derecho propio un sitio imprescindible.
Para colmo hoy no ha comenzado ni el
matutino, todos los hombres andan encerrados en el salón de reuniones y no nos
han dado ninguna explicación. ¡Qué machismo en pleno siglo XXI!
El director acaba de abrir las puertas y
parece que nos llama. Vamos muchachitas, pero serias eh, que no se crea que pasaremos
por alto este agravio.
-¡Sorpresa!, muchas felicidades en su día
queridas compañeras. Adelante, que va a
comenzar la fiesta y Manolo Letrillo les tiene preparado un comunicado
especial. Homero vendrá después con unas
décimas y flores, mientras Tranquilino repartirá las postales.
- Ay jefe que pena, yo creía que se les había
olvidado.
- De eso nada, acérquense todas que hay que
celebrar la alegría de tenerlas a nuestro lado. Porque aguerrido colectivo: ¿qué
sería del mundo sin las mujeres?
No hay comentarios:
Publicar un comentario