Brilla tu frente, la estrella
se vuelve lumbre en tu pelo
y América es un desvelo
de esperanza tras tus huellas.
En tu pupila se sella
un futuro que germina
y cuando junio ilumina
nuestros rostros nuevamente,
tu nacimiento es un puente
entre Cuba y Argentina.
Tu palabra se despierta
en el hombre americano,
en el obrero y su mano,
fuente hacia el progreso abierta.
Estás en la frase cierta,
en el joven de alma clara,
en este pueblo que ampara
la verdad y a ella se aferra,
eres hijo de esta tierra:
¡no te olvidamos Guevara!.
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