Después de concluir el trabajo diario
en la ciudad de Matanzas, se dispone a trasladarse hacia su hogar en el poblado
de Sabanilla. Al llegar a la terminal intermunicipal se aproxima a la pizarra que
anuncia cuáles son los viajes previstos. Busca en la lista: Jagüey (vía Sur)-No,
Pedro Betancourt-No, Unión de Reyes- No…
Pregunta al administrador y este le
comenta que según las informaciones un vehículo está roto, el otro hace algún
tiempo que se encuentra en reparación… Es la octava ocasión del mes en que se
ve obligado a acudir a las camionetas de los cuentapropistas, mientras el
salario se le esfuma del bolsillo a un ritmo vertiginoso.
Historias como esta son relatadas por
muchos lectores que platean a Girón
su preocupación sobre las zonas del circuito Sur de la provincia de Matanzas, las
cuales experimentan serias dificultades en términos de transporte público.
A diario choferes, mecánicos y
técnicos se enfrentan al reto de poner en circulación equipos que producto a
muchos años de sobreexplotación presentan roturas continuas. La problemática
empeora por el hecho de que son ómnibus de marcas variadas y adquirir las
piezas idóneas para el arreglo se torna una tarea compleja. Así, los pasajeros
ascienden a dichos carros con la incertidumbre de saber si llegaran a su
destino en el tiempo previsto. En no pocas
ocasiones, la marcha se ha detenido a mitad del recorrido y allí inicia
la odisea de conseguir un medio de transporte que los lleve al pueblo más
cercano.
Según el control de viajes que se
registra en la terminal intermunicipal no solo es insuficiente el número de
guaguas, la inestabilidad es uno de los factores más preocupantes. Por ejemplo,
la ruta que conduce desde San Antonio de Cabezas, hacia la ciudad yumurina hace
casi dos meses que no funciona.
En relación con el Pedro
Betancourt-Matanzas, este mes no ha trabajado ni un solo día. Las
características del carro que asume esta función distan de ser las ideales. Actualmente
se trata de una Girón, con capacidad ínfima respecto al volumen de personal que
se beneficia con sus servicios.
Hace algún tiempo surgió una esperanza al conocer
que se había adquirido un ómnibus articulado para sustituir a dicho vehículo.
Sin embargo, desde el mes de octubre el mismo se encuentra detenido en los
talleres de la Unidad Empresarial
de Base Agencia de Transporte Unión de Reyes, sin que se le de solución al
problema del sistema eléctrico que le impide iniciar la marcha.
Hasta el momento, el conocido como Jagüey (vía Sur),
que tampoco está exento de roturas, alivia un poco la situación, aunque viajar
en él sea una tortura, pues posee un diseño adecuado para la climatización y al
no contar con este recurso, unas ventanitas diminutas son la única vía por
donde circula el aire para los más de 50 pasajeros que se aglomeran en su
interior.
¿En cuántas ocasiones quienes acuden a estas
opciones han sufrido las consecuencias de ventanillas rotas, filtraciones,
asientos desprendidos a veces hasta amarrados con trozos de tela, falta de
iluminación, equipos sucios…? Claro está, tampoco puede exonerarse de culpa a
parte de la población que aun no adquiere conciencia de cuán vital resulta
cuidar la propiedad social para alargar su vida útil.
Para nadie es un secreto la escasez de recursos o la
difícil coyuntura económica que enfrenta el país, mas no por ello se puede
perder de vista el bienestar del pueblo, principal impulsor del proceso
revolucionario.
Cientos de personas de Cidra, Sabanilla, Betancourt,
Unión de Reyes y demás bateyes aledaños viajan hacia la cabecera provincial por
motivos de trabajo, estudio, turnos médicos, recreación… Se impone cuestionar
¿todos tienen la posibilidad de pagar las tarifas del sector no estatal? El
transporte urbano constituye la única alternativa para muchos, vale la pena
incrementar las gestiones, buscar alternativas y aunar esfuerzos en estos servicios
de primera necesidad para que al llegar a las terminales, los viajeros sientan
el alivio de saber que la guagua por la que preguntan, saldrá.
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