Desde
el año pasado se iniciaron las obras en la calle Narváez, con el objetivo de crear
un espacio donde confluyan opciones recreativas, culturales y comerciales. Sobre
la ejecución existen disímiles opiniones
Por
Lianet Fundora Armas y Yeilén Delgado Calvo
Desde una visión optimista hasta el escepticismo
van las consideraciones sobre las tareas en la calle de Narváez, primer paso de un emprendimiento que persigue
reanimar ambas márgenes del San Juan y desarrollar un paseo cultural
recreativo.
La alternativa concuerda con la inspiración
neoclásica de la ciudad; pues un bulevar –práctica europea del siglo pasado- no
se corresponde con la compacta trama urbana de Matanzas y el escaso desarrollo
de su estructura vial.
Por tanto, se pretende mantener a la calle de
Medio como arteria comercial e incentivar a las orillas del río servicios
estatales y particulares que faciliten el esparcimiento, tales como
restaurantes, cafeterías, venta de artesanías, alquiler de botes, galerías de
arte…
Ello permitirá salvar edificaciones vitales
para el centro histórico de la urbe (Monumento Nacional); ya que en el siglo
XIX y gracias al “boom” económico asociado a la producción de azúcar, el
afluente devino protagonista de la intensa actividad comercial. En la ribera
Norte, entre 1800 y 1850 y aprovechando el declive natural, se erigieron
residencias de distinguidas familias, con una tipología única en el país: las
casas almacenes que se caracterizan por poseer la fachada y entrada hacia la
calle de Río y un almacén, a modo de sótano, hacia la de Narváez.
Esta última vía se trazó entre 1832 y 1834,
bajo el gobierno de Francisco Narváez y Bordeses; y en ella se consolidó uno de
los conjuntos arquitectónicas más notables de Cuba por su belleza y uniformidad,
conocido como Manzana o Cuadra de Oro.
RECORRIENDO
NARVÁEZ
Johana Mergarejo García, una de las vecinas,
expone varias insatisfacciones, muchas de ellas relacionadas con la falta de
información. “Un día vi que empezaron a bajar materiales, pero nadie me ha
explicado. Pusieron puertas y ventanas y a los dos meses dijeron que iban a
cobrarlas; nos negamos y se quedó así. En mi caso, utilizaron agua del río para
salpicar las paredes y no terminaron de arreglar el alero.
“El proyecto no avanza y dicen que es por
falta de presupuesto. Yo me pregunto para qué empezaron entonces. Quitaron el
alumbrado público y no lo han sustituido, hay tremenda oscuridad”.
Ileana García Camacho, también residente en
el lugar, se muestra más conforme. “Todo quedó bueno, la carpintería se me
estaba cayendo y no tengo quejas de quienes trabajaron. Nunca escuché que usaran
agua inadecuada”.
Mientras que Anisleydis Román Jordán señala
que “la calle y la acera estaban en buenas condiciones y la rompieron. La
acumulación de los escombros frente a las viviendas ha creado microvertederos.
El responsable de la brigada que trabaja en la obra, prometió retirar toda esa
basura, y nada. El mal olor y los roedores se incrementan con el transcurso de
los días”.
La presidenta del CDR 11, Caridad Camacho
Milanés, refiere que las obras están paradas pero no conoce el motivo. “Se hizo
una vez una reunión con todos los presidentes y nos comunicaron lo que se iba a
hacer. Arreglaron los frentes, pero no llegaron a pintar”.
Al transitar por la arteria una edificación
destaca por su imagen acabada; desde el nueve de septiembre del 2014 la Empresa Municipal
de Comercio y Gastronomía dio inicio a la remodelación de un antiguo círculo
social, a fin de crear una nueva instalación denominada Entre Puentes.
Según Daniel Suárez Torres, técnico de
inversiones de la empresa, después de intensas jornadas de trabajo, la entrega
del local se prevé para el 20 de junio. “La obra estuvo valorada en 506 mil
pesos e incluyó la realización de una tienda de souvenirs, otra de misceláneas
(confituras, refrescos…); el reservado para que un grupo pueda compartir; el
bar con diferentes opciones y un área para expender entremeses de rápida
elaboración.
“Fue difícil, el inmueble se encontraba en
condiciones deplorables. Se cambió toda la carpintería y renovó en gran parte
el mobiliario; se erradicaron las filtraciones, reparamos la fachada y tratamos
de ambientar el local de forma atractiva. Asimismo, para facilitar el buen
servicio, se construyó una cocina y almacén con amplias dimensiones y tres
baños, dos para los clientes y uno para los trabajadores”.
DE
FINANCIAMIENTOS Y OTROS ESCOLLOS
“Matanzas no tiene el dinero que merece”,
afirma convencido Mario Sabines, vicepresidente de la Asamblea Provincial
del Poder Popular. De lo que no queda duda si se conoce que la provincia tiene
asignados para este año ocho millones de pesos destinados a inversiones y 24, a mantenimiento. Con ello
debe responder a los planteamientos de la población, impulsar obras sociales
diversas e intentar reanimar el patrimonio.
Narváez se inserta en un panorama complejo, signado
por obras inconclusas -por citar algunas, aún no abren sus puertas la sala
White ni el teatro Sauto-; a la sazón, no extraña la impaciencia de los
matanceros.
“Forma parte de lo que se quiere hacer por la
ciudad, reflejado en el plan Matanzas 325. Pretendemos provocar un despertar, sabemos
que para el 2018 no habremos rescatado todo.
“No se mantiene la velocidad que quisiéramos.
Nos tropezamos con dificultades. Por ejemplo, el primer edificio de la calle, a
partir del puente de Tirry, estaba en peligro de derrumbe. En ese lugar se
pretende refuncionalizar siete garajes y convertirlos en espacios culturales y
comerciales; por tanto, tenemos que reforzarlo, ello conlleva tiempo y gastos.
“Al principio sí se dio el caso de la
utilización de agua de río por lo que se sancionó a los responsables y se
colocó una pipa. Las labores están a cargo de la Empresa Constructora
del Poder Popular, e inciden múltiples organismos como Comunales, Comercio,
Vivienda, Cultura,… Actualmente, se terminan los parquecitos; se sembraron los
árboles e interviene el vial peatonal. Ya se poseen los bancos y las lámparas. Cuando
se empareje el pretil y se pinte, la estética mejorará.
“Algunas instituciones estatales con locales
en el área no han podido mudarse. Ya dos familias cooperaron accediendo al
cambio de vivienda y trabajamos con otras tres. También buscamos soluciones
para los desechos porque no puede continuar la contaminación del río. Una de
las primeras tareas fue el saneamiento de las aguas por Recursos Hidráulicos.
Solo se pudo hacer hasta donde permitió el equipamiento, se necesita una draga
marina.
“También proyectamos baños públicos y al otro
lado del puente, donde radicaba la
Cruz Roja, pretendemos establecer una plaza de artesanos (el
Palacio de la Rumba
se situará en El pescadito). En la otra margen, se mantendrán los barcos; a sus
dueños se les han presentado varias ideas para que mejoren la imagen de los
locales, precisamos su colaboración”.
PLANIFICAR
ANTES DE CONSTRUIR, ¿PRIORIDAD?
Diversas fuentes coinciden en que una de las
deficiencias radica en que las obras comenzaron sin un estudio
multidisciplinario previo que evaluara los riesgos y potencialidades.
Mayra Hernández de León, directora de la Oficina de Monumentos y
Sitios, explica que a raíz de estos inconvenientes, Patrimonio se reunió con
los organismos fundamentales que intervienen en el proceso: la Empresa de Proyectos de Arquitectura
e Ingienería (proyectista), Comunales
(inversionista) y la Dirección Municipal
de Planificación Física (regulador), a fin de legalizar y reglamentar las
acciones, pues incluso las labores en los parques iniciaron sin la licencia
establecida.
“Nuestra oficina juega un papel fundamental en
la conservación de los valores arquitectónicos, por eso intervinimos de manera
precisa y trazamos las regulaciones de la calle y el malecón del paseo
peatonal, así como aquellas reglamentaciones patrimoniales generales y
específicas para cada una de las parcelas que componen esta zona”.
Por su parte, la arquitecta Adriana Galup
Martínez, presidenta de la subcomisión de arquitectura de la Comisión Provincial
de Monumentos, señala la importancia de aprovechar las investigaciones
existentes sobre el tema.
“Contamos con tres tesis y tres trabajos de
profesionales que tratan sobre el área y no fueron aprovechados para concebir
el proyecto. Dichos análisis son básicos para emprender cualquier proceso, si
se desea un resultado perdurable que no atente contra el entorno o la riqueza
arquitectónica”.
Se suma la falta de un estudio paisajístico
serio, lo cual influyó en la inadecuada siembra de árboles en todo el margen
del río, sin apego a las normas establecidas para las ciudades. La poca
profundidad con que fueron plantados hace que las raíces se observen en la
superficie y crezcan de forma lateral, lo cual podría levantar el pavimento.
Además, la separación entre uno y otro resulta inferior a la dimensión
pertinente (tres metros).
Por su parte, el licenciado Leonel Pérez
Orozco, conservador de la ciudad, afirma: “se plantea el rescate de un área
subutilizada y con potencialidades. Sin embargo, desde su génesis careció de un
trabajo integral: realizar encuestas públicas para saber qué deseaban los
matanceros; investigar las características a tener en cuenta para intervenir
convenientemente cada edificación, el estado de las redes eléctricas e
hidráulico-sanitarias; cómo se produciría el vertimiento de los desechos”.
A
ello se sumó el hecho de que el Plan Maestro que debe elaborar la oficina del
conservador y que rige estas actividades todavía no se ha terminado.
“En cuanto al río, no puede utilizarse hasta
que no se subsanen las fuentes contaminantes; sería conveniente incidir también
en la calle Comercio y ejecutar el dragado del centro del San Juan para darle
un mayor caudal de salida, para evitar posibles inundaciones”, declara Pérez
Orozco.
Resulta indudable que esta iniciativa, además
de necesaria, puede incidir de forma muy positiva en la vida social, cultural e
incluso económica de la ciudad; quizás hasta se convierta en atracción
turística.
No obstante, una vez más se patentiza lo
indispensable de la planificación, la organización, la información pública, y
el trabajo coordinado de los implicados. Solo así los pocos recursos
disponibles no caerán en saco roto y loables empeños no quedarán por largo
tiempo sin fecha de terminación.
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