jueves, 18 de diciembre de 2014

Mis abuelos son luces en mi alma



Desde pequeña tengo la dicha de vivir junto a mis abuelos. Fue un privilegio crecer teniendo a mi lado su ternura infinita, sus consejos oportunos y ese beso al despertar que siempre me da ánimos para sonreírle a la vida. 

Abuela es el cofre donde guardo mis sentimientos, y abuelo, el mago que busca detalles para sorprenderme, para hacerme feliz. Por estos días encontré una antigua postal que les dediqué cuando era pequeña y los recuerdos de tantos instantes felices volvieron a mi memoria. En aquel trozo de cartulina gastada por el tiempo, resplandecía una frase escrita con letra de niña traviesa que realiza sus primeros trazos: “Abuelita y abuelito, ustedes son una cortinita de lluvia que refresca mis sueños”…



Los años han pasado sobre sus cabellos y ya no conservan la lucidez de la juventud, pero todavía sus ojos se llenan de orgullo cuando me dicen “mi niña” y contemplan la hermosa familia que han construido juntos. Sé que a partir de ahora tendré que cuidarlos más, aceptar sus costumbres y motivarlos a disfrutar esta etapa de su existencia que está también llena de encantos.

Por todo el bien que han ofrecido, mis abuelos merecen la mejor caricia, el mayor abrazo. Acogerlos con bondad, con dedicación y sin colocar barreras que impidan la comprensión, es la más genuina expresión de gratitud que puedo ofrecerles para demostrar cuán importantes son para mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Amor multiplicado en la distancia

Cuando le preguntan por mamá y papá, el pequeño Hamlet contesta que “están trabajando lejos”, que montaron un avión e “hicieron ñiiiii...” ...