martes, 24 de mayo de 2016

Campismo Popular: Aventuras en familia




Ignelys, Addiel y Geovany finalizaron con éxito las pruebas de ingreso a la Educación Superior. Después de tantas jornadas de estudio, decidieron que la mejor forma de dejar a un lado el estrés era pasar un tiempo con los amigos, en un sitio propicio para el entretenimiento. Al fin descubrieron el lugar indicado en la instalación Canímar Abajo, cuyas cabañas se extienden a lo largo del río custodiadas por el puente Antonio Guiteras.
Como estos jóvenes, cada vez son más los visitantes de los centros pertenecientes a la  Empresa Campismo Popular Matanzas, que celebra el aniversario 35 de su fundación bajo la premisa de ampliar los servicios y estimular la armonía entre el hombre y la naturaleza.

 

EN BUSCA DE LA SATISFACCIÓN DEL CLIENTE
Al cierre de abril de 2016 el número de campistas días superó en mil 829 a igual periodo del año anterior y el 17 de mayo último comenzó la venta de las reservaciones para la temporada estival.
Según Iván Montes de Oca Padrón, director general de la empresa, se realizan  procesos de inversión y mantenimiento a fin de mejorar la planta habitacional e incorporar nuevas opciones gastronómicas y recreativas.
“Construcción de ranchones, adquisición de televisores de plasma para las áreas de servicio, incremento de nuevos atractivos en locales cerrados, forman parte de las transformaciones. Aún se trabaja en la recuperación de la señalética, la compra de literas, colchones. En el caso de la instalación Río Canímar permanecen 16 cabañas fuera de orden por ser focos contaminantes de la bahía, para lo cual se ejecuta un proceso inversionista por lo tanto no estarán listas para la etapa veraniega”.
Montes de Oca Padrón afirma que Faro de Maya y Bacunayagua, se beneficiarán con la adquisición de mobiliario y otros recursos de descarte procedentes de los hoteles de Varadero.
Por su parte, Carlos González, especialista de recreación añadió que se trabaja con el objetivo de lograr la estabilidad del personal especializado en la animación, con el objetivo de potenciar actividades tradicionales como las fogatas, el Pon, festivales de trompos y papalotes.
Dentro del plan recreativo previsto para las vacaciones, se insertan actividades especiales por el inicio del verano (tres de julio), el día de los niños (19 de julio), las celebraciones por el aniversario del Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes (26 de julio), el 90 cumpleaños de Fidel Castro Ruz (13 de agosto), el aniversario 56 de la FMC (23 de agosto) y cierre del verano (27 de agosto).
UN VERANO CON SABOR A CAMPISMO
 
Aliannys Guerrero Lauzao es una de las campistas que más frecuenta Canímar Abajo. Junto a su novio Arael Ariel Caraballo y su primito Marcos Daniel Rodríguez, confiesa que lo que más disfruta es el río.
Anay Molina Pérez, directora del centro, explica que disponen de 17 cabañas y una capacidad total de 84 campistas. “El muelle y la canal devienen las atracciones principales. Contamos con un parque infantil y realizamos senderismo hacia lugares de interés histórico como El Morrillo, y al mayor cementerio aborigen a cielo abierto en Cuba, enclavado en áreas próximas a la base.
“Aunque persisten las dificultades en cuanto al acceso vial, se está confeccionando un proyecto que se incluirá en el plan de inversiones para el 2017".
 
Por su parte Faro de Maya, tras un periodo de deterioro, se ha revitalizado con la construcción de una parrillada y dos ranchones. “Anteriormente disponíamos de 26 cabañas, de las cuales solo quedaron cinco. Hoy se labora para que durante el verano funcionen 11, junto a 22 casas de campaña, modalidad que ha sido recibida con agrado”, asevera Amaury Armada Abreu, director del centro.       
Gracias a la gestión de recursos y al esfuerzo del personal dichas instalaciones junto a Río San Juan, Río Canímar y Bacunayagua, que se consolida como la mejor base de campismo, abrirán sus puertas a este verano con sello diferente.
UN PARAISO NATURAL Y TRADICIONAL
Ranchones matizados con el aroma de la comida criolla, paisajes donde el verdor de la vegetación se refleja sobre el cristal de las aguas… No puede tratarse de otro sitio que el Parque Turístico Río Canímar, al cual pertenecen la Base Náutica, la Arboleda, el restaurante Río Mar y el punto de venta ubicado en la Calle Santa Cristina, construido en apoyo a la comunidad.
En relación con los visitantes foráneos, se mantienen como los principales mercados Canadá y Francia.
“Cada sitio tiene su atractivo, por ejemplo, la base náutica no solo facilita los medios para navegar en el río, también convida a disfrutar del snack bar, y de un espectáculo aborigen. En esta misma zona se localiza el área conocida como La Playita, donde se alquilan medios náuticos y recientemente edificamos el ranchón de la piña colada”, argumenta Víctor Santos Rodríguez, especialista comercial del parque turístico.
A ello se suma La Arboleda, sitio donde el cover de la entrada asciende a cinco C.U.C con el derecho de consumir cuatro. Allí los ranchones principal y manantial, aguardan con un menú exquisito.
No obstante, si el cliente desea vivir una ventura más intensa, puede acceder al restaurante de la casa campesina atravesando el río sobre un bongo. Una vez allí, se realiza la excursión al sendero Ruinas de Tumbadero, antiguo mercado del siglo XVIII y XIX. Por supuesto sin olvidar la existencia de la finca campesina, donde además de la gastronomía es posible encontrar un microzoológico.
La Arboleda exhibe variedad de animales con la presencia de jutías, toros, caballos y brinda la oportunidad de alquilar kayak, dominó, pelotas y practicar el tiro con arco, el voleibol…
Hoy, cuando el calor comienza a abrazar con más fuerza la Isla caribeña, los matanceros tienen el privilegio de contar con campismos privilegiados por su entorno natural y el buen trato de los trabajadores que han hecho posible que dicha modalidad de alojamiento, impulsada por Fidel en 1981, ostente 35 años compartiendo aventuras.

 (Fotos: Abel López Montes de Oca)





Bajo el mismo techo…

Por Yeilén Delgado Calvo y Lianet Fundora Armas

La abuela ve Palmas y cañas, un poco alto porque no oye bien. El nieto quiere cambiar de canal a ver si encuentra algún dibujo animado. La nieta se queja porque está aburrida y en la memoria tiene “lo último” en videos musicales. El padre amenaza con desconectar el televisor de la corriente si todos no se ponen de acuerdo de una vez. La madre, taciturna en un butacón, sueña con una TV solo para ella donde mirar seriales policíacos. La tía permanece en el patio, no lucha por ver la película de Multivisión, prefiere leer un libro y evitar la batalla campal.
Cambian las situaciones, la composición, el poder adquisitivo, pero en buena parte de los hogares cubanos se experimentan los retos de la convivencia intergeneracional. En la Isla, la familia se caracteriza, de forma general, por las estrechas relaciones entre sus integrantes, vivan juntos o no. Comunicación regular, clara definición de los roles maternales, paternales y filiales, y encuentros sistemáticos son algunos rasgos fáciles de identificar.
Sin embargo, la crisis económica que por décadas ha afrontado el país, la poca capacidad constructiva del Estado y los bajos salarios determinan una convivencia forzada en el mismo espacio, y no por libre elección como debiera ser. Así, los nuevos núcleos que surgen por matrimonios o uniones consensuales se suman a los ya existentes en las viviendas, y no siempre logran coexistir sin desavenencias.
 

QUIEN SE CASA Y NO TIENE CASA
“La convivencia puede resultar complicada porque cada uno se formó o crió en etapas diferentes, y así son sus visiones. Los jóvenes queremos otras cosas, aspiramos a más; hoy te casas y tiene dos opciones: vivir con tus padres o con los padres de ella. Si tienes suerte y los suegros son buenos, entonces no hay problema; pero si te tocan difíciles, el matrimonio está condenado antes de empezar, al fin y al cabo es su casa, no la tuya.
“La cosa se pone más difícil al tener hijos. Cuando la familia es amplia y hay pocos cuartos se pierde la intimidad y se deteriora todo”, comenta el ingeniero Etian Menencia García.
Raúl Piad, también joven profesional, cree que compartir el hogar afecta la dinámica social dentro de este. “Primero se encuentra el choque de los diferentes puntos de vista, lo cual puede ser positivo o negativo a la hora de, por ejemplo, tomar una decisión. A veces se producen discusiones por querer imponer una opinión.
“También se halla el tema del espacio vital. Algunas casas cubanas ni siquiera son aptas para todas las edades o no pueden alojar a alguien con dificultad para subir las escaleras o que necesite un tratamiento especial. Cuando existe un área común, y varias privadas donde cada uno se desenvuelve más o menos a su antojo no hay problemas, pero si no… Las personas se sienten más a gusto cuando pueden reclamar como suyo un pequeño pedazo de la casa.
“Molesta que los otros miembros, mayores o no, se opongan a decisiones personales; aunque esto funciona en ambos sentidos, a veces son los ancianos los tildados de molestos o no escuchados lo suficiente”, añade Piad.
Tres generaciones comparten en la vivienda de Gisela M. Varela Cárdenas. Para ella no resulta extraño que cada quien quiera su espacio y tenga costumbres y maneras “a veces bien diferentes, sin embargo, se busca el punto medio”.
Desde una perspectiva sociológica, se hace evidente que este fenómeno se expresa como multidimensional, y se relaciona con el modo en que desde el seno familiar cubano –heterogéneo y con prácticas culturales diversas- se establecen consensos sobre proyectos de vida necesariamente diferentes. Por tanto, resultaría baldío pretender una explicación totalizadora.
Junto al problema económico y el habitacional, confluye el envejecimiento poblacional. Los bajos índices de natalidad en la nación y la postergación de la procreación conllevan a la convivencia generacional de extremos: entre una parte menor de 30 años y otra mayor de 60. Ese bache implica más dificultades en la comunicación y en los ritmos de la vida.
Tal tendencia demográfica puede provocar la mayor responsabilidad de los jóvenes -que deben asumir el cuidado y manutención de sus ancianos- o un modelo más paternalista en el que los hijos no se ocupan de encargos hogareños aunque se encuentren en la vida adulta. Las relaciones se pueden tensar y llenarse de un contenido asistencial hacia los adultos mayores, o por el contrario,  no formar competencias y sí dependencias en quienes comienzan a vivir.
Resulta frecuente que donde viven varias personas, solo una o dos se ocupe de las labores domésticas o de idear el orden y manejo de los espacios comunes; el resto se limita al aporte económico porque no se siente con derecho de intervenir, o carece de identificación con un hogar que no forjó y tampoco puede transformar con libertad.
No obstante, la obstaculización a la plena realización del proyecto de vida (personal, profesional) se hace más evidente en el tema de la natalidad. Apuntan las fuentes documentales que en el país muchas parejas, cuando no tienen un lugar propio para residir, retrasan o renuncian a los hijos para no sacrificar la intimidad ni exponer a los futuros descendientes.
De igual forma, se mellan las relaciones amorosas por la imposibilidad de establecer rutinas independientes, de llegar a acuerdos con los familiares, o ejercer la autonomía. Se encuentran con espacios constituidos y solo les queda tratar de adaptarse.
                                                        ¿CASA = HOGAR?
Yanurys Menéndez Zambrano tiene 43 años y comparte el mismo techo con su madre, hermana y el hijo mayor que tiene 24, pues su hija decidió vivir con el padre. En la cotidianidad, las diferencias entre las edades y los intereses muchas veces se agudizan cuando abuela no comprende por qué el nieto no vino a dormir a casa, o cuando Yanurys sabe que resulta imposible traer a vivir consigo a su pareja.
No obstante, si sobrevienen tiempos difíciles, “resolvemos los problemas entre todos y enfrentamos cada reto juntos”, confiesa Yanurys.
Por su parte, Virginia Ruiz Reyes y su esposo se sienten dichosos por ser uno de los pocos matrimonios que desde el inicio logró tener una vivienda propia. Aunque poseen mayor libertad para la toma de decisiones, en ocasiones no resulta fácil educar a la vez a un pequeño de cinco años y un adolescente de 17.
Entonces, ¿solo la existencia de un espacio físico puede considerarse la clave para formar un hogar equilibrado y funcional?
Para indagar en estas y otras cuestiones Girón dialogó con un grupo de psicólogos del Departamento de Estudios Socioculturales y Psicología de la Universidad de Matanzas. Allí Beatriz Ortet González, Celia Zaldívar Odio, Tania Tintorer Silva y Yusel Reinaldo Martiatu, expusieron sus consideraciones.  
 
Según ellos es posible compartir armónicamente la vida hogareña con independencia del número de personas que residan en una vivienda. Lo cual se logra con el comportamiento positivo de algunos aspectos vitales para una buena coexistencia.
Lograr que la jerarquía esté clara ayuda a delimitar la autoridad y responsabilidad de cada uno en la toma de las decisiones que atañen a la vida de la familia. Cobra gran significación el estilo de liderazgo que predomine, así como la flexibilidad en el ejercicio del mismo, siempre y cuando las circunstancias lo requieran.
“Si bien el estilo democrático es el más aplaudido dentro de los modos de dirigir, a veces se requiere ejercer la autoridad de modo tajante, y otras la permisividad resulta altamente beneficiosa. Debe prevalecer el respeto entre las diferentes generaciones y la aceptación de la singularidad de cada individuo”, afirman los especialistas.
La buena conducción de la jerarquía familiar favorece el desempeño adecuado de los diferentes roles. Porque si cada miembro del grupo familiar cumple con el rol que le corresponde, no habrá posibilidad de sobrecarga en ninguna persona del hogar.
Otros factores calificados por estos psicólogos como potenciadores de una buena convivencia son el establecimiento de reglas y límites precisos para todos, y lograr que la comunicación clara exprese afectos positivos y permita confesar inconformidades, desacuerdos o sentimientos negativos sin carácter violento ni destructivo.
“Las personas creen que el espacio psicológico depende del espacio físico, y no siempre es así. Sobran ejemplos de familias que viven en casas espaciosas y cómodas  y no tienen relaciones armoniosas, o viceversa.
“El espacio psicológico depende del amor, el respeto a las ideas, sentimientos y problemáticas de los demás; lo realmente importante para rescatar aspectos comunes y crear una identidad familiar que los mantenga unidos y felices.
“Podemos lograr que nuestra cotidianidad refleje el amor que sentimos por nuestra familia, y no solo esperar a demostrarlo en fechas significativas. La unidad se puede alcanzar en todos los momentos: la elaboración de una comida, mientras se hace la limpieza, o cuando se prepara y disfruta de una fiesta”, afirma la licenciada Beatriz Ortet.
La interacción entre generaciones no posee en sí misma un signo negativo, puede ser enriquecedora en el aspecto emocional y educativo. La imposibilidad de edificar un abrigo propio, según los gustos y requerimientos personales, pone al límite esas relaciones y las llena de tensión, desencuentros y frustraciones, sobre todo si se falla al utilizar herramientas para la convivencia sana. Los grupos más vulnerables son los ancianos, las mujeres y los niños, que sufren sobrecargas, incomprensiones o irrespeto a la intimidad y el derecho a decidir.
Se precisan más construcciones, que las personas puedan soñar y lograr un lugar para habitar. A pesar de ello, la concordia familiar depende en última instancia de los lazos que se sepan crear. Como esclarecen los especialistas, “no siempre el que se casa tiene casa, pero siempre puede formar un hogar”.

lunes, 16 de mayo de 2016

Historia, el alma de los pueblos




 
“Conocer la historia nos permite saber de dónde venimos y hacia dónde vamos”, afirma el joven estudiante de medicina Pedro García Escalante. A través de sus palabras, el nexo entre pasado y presente se revela con nuevos matices y exige ser narrado con pasión y con un tono diferente que despierte la sensibilidad.
Y es que en la memoria histórica, vive el alma de los pueblos. Es por eso que transmitirla de generación en generación no es solo una responsabilidad de las instituciones educativas, sino de toda la sociedad.
ROMPER ESQUEMASPARA ENSEÑAR MEJOR
“Para enseñar la historia, primero hay que tener conciencia de qué es y verla como ciencia que devela leyes, memoria que despierta sentimientos”, afirma Hilda Peña Guerrero, profesora del Departamento de Marxismo e Historia de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas Dr. Juan Guiteras Gener.
Dialogar con los pedagogos de dicha cátedra, es revivir el impulso de aprender y amar las raíces cubanas y matanceras.
“Los pedagogos deben prepararse intencionadamente desde la enseñanza primaria, que es la base de la formación. Urge abandonar la repetición de consignas, y evitar la orientación de tareas que en lugar de incentivar amor por la historia local, los aleja más de esta. 
“Al alumno hay que acercarlo a ejemplos tangibles, trasladarlo a museos, propiciar el diálogo con combatientes o protagonistas de acciones relevantes, para que toquen la “historia con sus propias manos”  y comiencen a amar ese legado de sus padres y abuelos”, explica el profesor José Ramón González Pérez.
Por su parte, Jorge Castillo, no olvida las clases de Historia que recibió en la secundaria. Allí la figura del maestro Rubén Padrón, lo inspiró a seguir sus pasos. “Hoy Matanzas tiene una situación crítica en cuanto a la formación de nuevos profesionales en la carrera de Marxismo e Historia. Esto obedece a múltiples causas, entre ellas, la forma en que reciben la asignatura en los diferentes niveles de enseñanza.
“A veces se reduce a campañas militares y luchas políticas y no se contempla desde una visión más general, como una trama infinita de nexos y relaciones donde todo está vinculado y se dan esas influencias recíprocas”.
Al llegar a la universidad, muchos estudiantes muestran inconformidad con el programa de la asignatura y lo catalogan como repetitivo. Resulta indispensable comprender que en la educación superior se debe producir la generalización teórica.
Jorgelino Balseiro asegura que en esta etapa es preciso estimular en los jóvenes el desarrollo de un pensamiento crítico, reflexivo, independiente. Mientras que los maestros Adalberto Padrón y Gabino Rodríguez añaden que urge vincular las materiascon el perfil de las carreras e insisten en la necesidad de contar con libros de texto escritos de forma didáctica.
No obstante, la figura del educador es crucial. De su preparación depende establecer una adecuada relación entre contenidos, métodos y medios. “Cuando se muestra un material audiovisual, es más rica la experiencia que tienen, pues reciben mensajes a través de símbolos. Así, con la orientación adecuada pueden juzgar mejor cada suceso y arribar a sus propias conclusiones, afirma la profesora Velgis Cordero Garcés.
Al respecto, Yaima Rodríguez León, Metodológoga Provincial de la asignatura en la Educación Preuniversitaria, argumenta que recientemente han recibido juegos de mapas y se aprovechan los materiales audiovisuales producidos por Cinesoft, perteneciente al Ministerio de Educación.
“Apoyándose en estos recursos, cada educador tiene la misión de transformar las clases en espacios de comunicación donde se hable con libertad y se produzca el intercambio provechoso de ideas”.
POR UN FUTURO CÓMPLICE DE LA MEMORIA HISTÓRICA
El Doctor Alfredo Lauzurica González, está seguro de que es imposible olvidar siglos de tradición, lucha, arte. No solo asume la conducción del Departamento de Marxismo e Historia en la Universidad de Ciencias Médicas, también se desempeña como  presidente de la filial provincial de la Sociedad Cultural José Martí y del Consejo Científico Asesor para las Investigaciones Históricas del PCC.
“Encauzado por la esfera ideológica del Partido, específicamente la Oficina de Asuntos Históricos, se lleva a cabo una labor de salvaguarda de la memoria histórica en todos los municipios, para lo cual se realizan encuentros en los cuales participan representantes de múltiples sectores.
“Fomentamos una visión que vaya más allá del sentido académico y estreche los lazos de la historia con la comunidad, los centros de producción más importantes, la biblioteca, el museo, las tradiciones laborales”.
Por otra parte, la filial de la Sociedad Cultural José Martí, está inmersa en un diálogo de generaciones para estimular la presencia activa de los miembros jóvenes.
Por su parte, la Dr.C Lissette Jiménez Sánchez, miembro del Ejecutivo Nacional de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y de su filial en Matanzas, resalta que la organización propicia acciones de superación para sus miembros y articula diferentes fuerzas en aras de promover la historia.
“Después de 30 años ya contamos con una casa del Historiador que aun asiste a un proceso de mejoramiento de sus condiciones, pero ya cumple su función social. Además, promovemos eventos importantes como el Atenas, que se efectuará en octubre y tiene carácter provincial.
Jiménez Sánchez señala también la necesidad de contar con publicaciones especializadas en temas históricos como El Ateniense (plegable que llegaba a todas las escuelas) y Triunvirato (órgano oficial de la filial matancera de la UNIHC), los cuales no han vuelto a editarse.
Otra de las acciones llevadas a cabo por Lissette, es el proyecto de investigación que lleva por título La Historia local para promover la matanceridad y que involucradiversas escuelas primarias de la urbe yumurina ubicadas en la zona declarada monumento nacional. A partir de este programa se potencian dos líneas temáticas: la educación patrimonial y la introducción de los resultados científicos tanto de las ciencias pedagógicas como de la historiografía matancera.
Contar la historia de un modo atractivo, abrir puertas para que su eco se extienda y regresar al pasado para fortalecer nuestras raíces, es asegurar que su brillo perdure e irradie con una fuerza mayor al futuro.

Amor multiplicado en la distancia

Cuando le preguntan por mamá y papá, el pequeño Hamlet contesta que “están trabajando lejos”, que montaron un avión e “hicieron ñiiiii...” ...