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lunes, 17 de febrero de 2020

Amor multiplicado en la distancia

Cuando le preguntan por mamá y papá, el pequeño Hamlet contesta que “están trabajando lejos”, que montaron un avión e “hicieron ñiiiii...” A sus tres años de edad, no sabe de distancias ni ciudades, solo imagina a sus padres volando por el cielo azul y aguarda el instante en que otro avión vuelva a surcar las nubes y los traiga de regreso.
Amor multiplicado en la distancia
El pequeño Hamlet, el mayor tesoro de sus padres que anhelan el día del reencuentro.
Mientras, allá en San Carlos, localidad perteneciente al Sur del Lago de Maracaibo, en el estado Zulia, en Venezuela, Yaisy Díaz Hernández y Yohan Álvarez Orozco despiertan cada mañana con el rostro de su hijo en el alma, porque de él emana la voluntad para seguir el camino lejos de Cuba.
“Nuestra vocación por la misma carrera fue el punto de partida de la relación que inició ya hace cuatro años y cuatro meses. Ambos somos estomatólogos generales integrales y nos conocimos mientras trabajábamos en la clínica del poblado de Bolondrón, perteneciente a nuestro municipio: Pedro Betancourt. Desde entonces, nuestro amor ha sido fuerza y aliento en cada jornada.
Amor multiplicado en la distancia
“Nuestra labor se basa entre otras acciones, en tratamientos preventivos (fomentando estilos de vida más saludables) y conservadores (las restauraciones, más conocidas como empastes, las pulpotomías)”, afirma Yohan.
“El hecho de cumplir una misión juntos nos ha ayudado mucho tanto en la vida personal como profesional. No hay un minuto en que no agradezcamos y pensemos en nuestra familia, pero estar unidos nos ha dado la fuerza necesaria para vencer cada obstáculo que impone la vida diaria, el encuentro con otra tierra y culturas diferentes. Sin embargo, cuando una siente amor verdadero, es más fácil poder transmitir cariño a los demás”, afirma Yaisy.
Y es que tras contemplar la ternura que emana del matrimonio de estos jóvenes, muchos se despiden de la consulta con la mirada llena de alegría y cuentan que nunca faltan frases como: “se ven muy lindos juntos, que bien se llevan"...
Amor multiplicado en la distancia
“Cuando una siente amor verdadero, es más fácil poder transmitir cariño a los demás”, asegura Yaisy.
“La población está muy agradecida con la Revolución Cubana por hacer posible que durante tanto tiempo puedan recibir servicio médico y estomatológico gratuito. Atendemos aproximadamente 16 pacientes, cifra que oscila según los días de la semana.
Amor multiplicado en la distancia
Esta joven pareja asegura que vivir el amor verdadero resulta un impulso para ser mejores profesionales y seres humanos.
“Nuestra labor se basa entre otras acciones, en tratamientos preventivos (fomentando estilos de vida más saludables) y conservadores (las restauraciones, más conocidas como empastes, las pulpotomías). Por supuesto, también realizamos extracciones, visitamos lugares más lejanos y brindamos servicios a la comunidad”, expresa Yohan.
Febrero continúa su curso. La página 14 de su itinerario llega a las manos de estos esposos que cierran el paso a restas y divisiones, para instaurar la primacía del amor multiplicado, ese sentimiento renovador que los convierte en mejores profesionales y que extiende sus manos a través de tierra y mar, para que el pequeño Hamlet se sienta dichoso. “Aunque no estemos cerca, siempre va en nuestros pensamientos. Gracias a él es posible acortar la lejanía y superarlo todo, por esa esperanza de reencontrarnos otra vez, contemplar su sonrisa y ser testigos de sus travesuras”.

lunes, 10 de febrero de 2020

En Jovellanos: ¿El ocaso de un microzoológico? (Primera parte)




El reloj marca un poco más de las ocho de la mañana; sin embargo, la neblina se extiende todavía como un velo blanco sobre el municipio de Jovellanos. Muchos apuran el paso, pero no pueden evitar sentir una huella de humedad sobre el cabello, los abrigos…

Avanzo hacia el Consejo Popular Luisa y esta vez, desde lejos, a duras penas he logrado distinguir la entrada del microzoológico. Un poco más cerca, ya puedo divisar los detalles. La estrella inmóvil como un lamento perenne junto a los árboles; los raíles cubiertos por la hierba en varios tramos, soñando con el trasiego alegre de los vagones.

Algunos trabajadores pintan de blanco los bordes del camino, otros chapean… No obstante, pareciera que junto a los tiempos de esplendor de la instalación, se hubiesen marchado también los colores cálidos, dejando un tono grisáceo que se expande por doquier y opaca hasta la vegetación.

De pronto, Luis González Morejón, vecino de la zona desde hace más de 50 años, me cuenta que no siempre fue así, y emprende un viaje al pasado para evocar las risas de los niños en el parque, la cafetería ofreciéndoles helado, refrescos, dulces… El trencito dando vueltas, la estrella que parecía tocar el cielo en su rotación, los pinos que desaparecieron tras la furia de algún huracán, los múltiples ejemplares que se mostraban. “Mi padre participó en la construcción de los sitios donde se exhiben los animales, yo crecí aquí”, comenta con nostalgia en la mirada.

DE NEGLIGENCIAS Y OLVIDOS

Con una extensión de 4.8 hectáreas, este sitio resulta el que mejores condiciones reúne a nivel provincial para ejercer la función de microzoológico. Por ello, se torna doloroso comprobar el estado de deterioro que hoy lo envuelve. Más allá de las condiciones deplorables de los exhibidores, lo verdaderamente lamentable es la pérdida de la diversidad de ejemplares y la situación alimenticia que enfrentan los que permanecen en el recinto.


Solo quedan algunas variedades de aves, entre ellas la caraira; una jutía, conejos, tres monos verdes y un babuino; jicoteas, caballos, curieles; así como dos cocodrilos y dos leones, los cuales presentan la situación más crítica, por tratarse de carnívoros que demandan una alimentación diferenciada.

Según el criterio de jovellanenses que decidieron permanecer en el anonimato, los animales sobreviven gracias a la comida que le procuran los trabajadores, algunos moradores de la zona y visitantes. De esta forma, quienes laboran en esta entidad protagonizan hazañas.


Humberto Salgado Madan, administrador del microzoológico, afirma que solo recibe de forma esporádica “un poco de vísceras y huesos”, lo demás “son gestiones: pan, chícharo, sancocho”.

Por su parte, Noralys Valdés Macías, jefa del departamento de higiene y áreas verdes de la empresa municipal de Servicios Comunales, expresa que dicha entidad “contrajo deudas considerables, por lo cual se ve afectada la relación con los proveedores y no nos suministran lo que necesitamos”.

Hace poco recibieron un documento emitido por los órganos del Poder Popular y la Dirección Provincial de Servicios Comunales donde se define como asunto: “aseguramiento para garantizar el adecuado funcionamiento y manejo de los estándares y ejemplares del zoológico que pertenece al municipio”. El mismo orienta la contratación con diferentes empresas y desglosa detalladamente cuál debe ser la contribución de las mismas, según el requerimiento nutricional de cada ejemplar.

Sin embargo, Valdés Macías confiesa que estas indicaciones “aún no se ponen en práctica”.

Como expresara cierta fuente que no deseó que fuese revelada su identidad: “Este podía ser el centro ideal para la recreación de los más pequeños. Antes, al menos los domingos habían ofertas gastronómicas, culturales, en estos momentos hasta eso hemos perdido.

“¿Dónde está el sentido de pertenencia de quienes tienen bajo su encargo dicho espacio?, más allá de las carencias existentes se trata de un problema que requiere ocupación y preocupación. Dejarlo desaparecer no es la respuesta porque a pesar de su menoscabo la comunidad siente este sitio como suyo, lo que deseamos es verlo renacer”.

Sobre estos temas y los pronunciamientos de especialistas de la empresa provincial de Servicios Comunales acerca de los mismos, abordaré en la próxima entrega.

El poeta que nunca se marcha




Me parece que fue ayer cuando conocí a Manolo Carreño Fernández aunque, a decir verdad, desde antes de ser novios, mi esposo me había hablado del tío abuelo que lo adentró en los caminos de la décima y que en las noches, acostado a su lado, le enseñó cómo rimar en octosílabo, cómo velar por los singulares y plurales y, principalmente, cómo sacarse del alma cada verso para que fuese auténtico.

Sin embargo, no fue hasta que llegué a su hogar en la Finca Dos Hermanos del municipio de Pedro Betancourt que comprendí que aquel guajiro grande, de un vozarrón potente y un “pecho” afinadísimo, era uno de esos seres escogidos por la poesía para quedarse para siempre.

La primera vez que Manolo me dio la bienvenida, ya sus pupilas no lograban divisar bien mi rostro, pero bastó que sostuviera mi mano fuerte para tener la certeza de que su visión interior tenía una claridad inmensa, esa que le hacía contemplar el pasado y vislumbrar el futuro para después contarlos en décimas, con un encanto solo igualable con el de los juglares que recorrían los pueblos en la antigüedad inmortalizando historias desde sus versos.

Así tuve el privilegio de disfrutar muchas tardes, todos sentados alrededor de él, que mecía las espinelas en su sillón con la pierna levantada, a veces cantando, otras recitando, llevando a quienes lo escuchábamos de la tristeza a la risa.

-“Manolón tengo que ir a cocinar”
- “Quédate otro rato, no te he dicho la décima que le hice a Gerardo Inda Castillo”- afirmaba sin soltarme la mano y fue así como descubrí que nadie nunca logró contar los versos que guardaba aquella memoria prodigiosa que parecía ensancharse con el tiempo y cuya lucidez le permitía recitar desde la novela Camilo y Estrella de Chanito Isidrón, hasta obras que habían pasado de familia en familia e, incluso, retener varias décimas con solo oírlas una vez en medio de una controversia.

En todos los poblados y bateyes aledaños todos sabía quién era Manolo Carreño, uno de los 14 hijos de Pancho y Chacha, que conoció desde temprano el trabajo fuerte en la tierra, pero el cansancio nunca doblegó su espíritu alegre. Lo precedía siempre su fama de buen bailador; de improvisador y tonadista que dominaba también el tres. Tuvo la oportunidad de medir sus espinelas con las de muchos poetas de su época como Ismael Lantigua, Jesús Domínguez, Reynaldo Soca Morejón, José Manuel Lugo; además de cantar con Pablo León, uno de los más grandes poetas cubanos.

Por supuesto, con tantas virtudes también acumulaba una fama notable de conquistador de muchachas bonitas, pero para referirse a esa parte de su historia su voz potente parecía contraerse y, como un niño a punto de hacer una travesura, me hablaba bajo para que la “vieja” no lo escuchara.

Lo cierto es que a Manolo todos “lo querían bien”. Sabía ganarse un puesto privilegiado en los corazones porque había nacido para amar. Era la alegría de la familia, el padre que inculcó a su hijo la pasión por el arte de improvisar, y que buscaba siempre una oportunidad para pedirle a su hija que le dejase acariciarle los pies en un gesto sublime de ternura. Fue luz y confidente de  sus nietos, procurándoles el consejo oportuno; y la adoración del hermano que jamás se apartó de su lado.

Creo que jamás volveré a conocer a un hombre que se enfrentara con esa decisión a difíciles batallas contra la enfermedad, sin pronunciar una queja para no ver angustia en el rostro de su esposa, sus hijos y los sobrinos que eran capaces de dar su vida por verlo sano y fuerte.

Contrario a lo que ocurre en el seno de muchas familias, a Manolo siempre le sobraron manos dispuestas a velar por su salud. Y, para no desaprovechar ni un instante de mejoría, en los días de gravedad, sorprendió a todos improvisando casi media hora.

La noche de su despedida física, una estela de mosquitos cubrió las paredes de la casa como nunca, para anunciar que el batey jamás diría adiós al improvisador.

Han transcurrido alrededor de tres años y aunque muchos pensaron que se trataba de una despedida encuentro a Manolo vibrando tan alto como siempre en la voz de mi esposo, el sobrino que levanta su herencia en cada guateque, y  la transmite a sus alumnos del taller de repentismo infantil de Pedro Betancourt, que lleva el nombre del poeta que jamás se marcha, porque canta aun desde su sillón inmóvil, desde el tres que reposa sobre el escaparate, desde las risas que estallan cuando rememoramos sus ocurrencias y desde mi mano que puede escribir estas palabras porque tiene aun el calor de esa inspiración y  cariño que solo saben procurar los hombres eternos.


El problema nuestro





Apenas arribó el ómnibus comenzó la lucha por el ascenso. Minutos donde se impone claramente “la ley del más fuerte” y los cerebros parecen estar programados para alcanzar la puerta sin que medie la razón.

De repente, en medio de la histeria colectiva, alguien ruega al conductor que intervenga para que una embarazada pueda abordar el vehículo sin ser arrastrada por la muchedumbre: - “Si logra subir, tiene su asiento diferenciado, no puedo hacer más, yo no estoy aquí para buscarme líos”- vociferó el chofer y continuó cobrándoles a quienes colocaban al fin un pie en el primer escalón, tras una batalla campal.

Muchos comentaron su indignación en voz baja, para no ser escuchados por el chofer. Entre la multitud que se aglomeraba, alguien tal vez pensó en cederle su puesto o abrir un espacio para que la joven pasara adelante, pero a fin de cuentas, eso de seguro le traería “inconvenientes” y no estaba para complicaciones.

En efecto, el virus “ese no es mi problema” parece ser altamente infeccioso. La sintomatología se repite en numerosos espacios: la dependienta que despacha un producto, aun sabiendo que la calidad no es la ideal; la recepcionista que alarga la espera mientras le cuenta el último capítulo de la novela turca a su amiga por vía telefónica; el que llega a la cola y “marca” para 20 personas sin importar los que le siguen; o el hombre que vira el rostro hacia el otro lado y se finge dormido para no ver frente a su asiento la mirada de un niño de cinco años y su madre que viajan de pie.

Muchos dirán que las carencias son la causa de su expansión, que “la vida de hoy” es agitada, difícil y es preciso priorizar lo propio y no lo ajeno. Esos, los que no le confieren importancia o temen asumir la responsabilidad de defender lo justo, ya muestran indicios de contagio.

No obstante, aquellos que se encuentran en un estadio más avanzado de la enfermedad son los más preocupantes. De dichos seres se puede escuchar todo tipo de frases: “si está operado y quiere asiento que alquile un carro”; “si no le sirve el zapato que está en exhibición, que no lo compre, yo no voy a estar registrando todo el almacén”; “lo siento mi viejo, sé que lleva más de cuatro horas en la cola pero su tarjetón ya está vencido, venga la semana que viene”.

¡Cuán imprescindible resulta esparcir en estos grupos de individuos el antídoto que contrarreste la exacerbación del egoísmo, que los regrese a su condición de humanos y seres sociales; que su voces recobren la fuerza para no callar cuando se trate de defender la dignidad y el bien!

Para ellos, sería recomendable un tratamiento a largo plazo donde no falten jamás las palabras de Martí, que tienen esa capacidad de ser bálsamo para el alma y espada contra la iniquidad: “No debe empañarse la inteligencia con el olvido de la virtud”; “Es una manera de honrarse, y no la menos generosa, honrar a los demás”; “Ver con calma un crimen, es cometerlo”; “Ha de ser limpia la casa y la conducta”; “Si no tienes valor para sacrificarte, debes tener valor para callarte y no criticar a los que se sacrifican”.

En esta vida, y esta Isla donde caminamos codo a codo y aprendimos de nuestros abuelos que el prójimo es también hermano, no pueden olvidarse la sensibilidad, el amor implícito en un gesto sincero. Sobre los cimientos que fundemos, depende el sostén de un futuro esperanzador. No eludamos ese compromiso que más allá de ser suyo o mío, es nuestro.

martes, 21 de noviembre de 2017

Desde Matanzas: Universidad vs Dopaje: Jugar limpio por la vida

Cuerpos femeninos de extrema delgadez, hombres con músculos bien definidos, forman parte de los prototipos de belleza que promueven los medios.

No son pocos los jóvenes que, frente al espejo, sueñan con un cuerpo perfecto al estilo de los protagonistas de los filmes más modernos, los anuncios de revista…

Detenidos ante su propia imagen, analizan los caminos “más rápidos” para perder peso, mientras otros anhelan aumentar la masa muscular a toda velocidad.

Sin embargo, ¿siempre se acude al ejercicio físico como única vía para alcanzar estos propósitos?

Recurrir a consumos incontrolados de suplementos dietéticos y a las redes ilegales que lucran con el tráfico de sustancias prohibidas, constituye un peligro que aumenta a la par del auge de los gimnasios y la popularidad que alcanza la práctica deportiva.

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El MsC. Luis Raúl Ponte de los Reyes Gavilán, Jefe del Departamento de Ciencias aplicadas al deporte, perteneciente la Facultad de Ciencias de la Cultura Física de la Universidad de Matanzas, argumenta que el dopaje ha traspasado las fronteras del ámbito estrictamente deportivo y ha llegado a otros núcleos sociales.

Para el MsC. Luis Raúl Ponte de los Reyes Gavilán las consecuencias del dopaje deben ser cada vez más divulgadas en la sociedad y en este sentido los graduados de Cultura Física juegan un papel fundamental.

Es por eso que dicha Facultad asume el desafío de luchar contra este fenómeno en el ámbito universitario.

¿EL CAMINO MÁS FÁCIL?

“Desde el inicio del nuevo siglo en distintas publicaciones oficiales de Cuba se ha dado a conocer que jóvenes practicantes del fisiculturismo en gimnasios de distintas provincias consumen sustancias dopantes en porcientos significativos, estando entre las más recurrentes los esteroides anabólicos, testosterona, metanlienona, nerobol, etc.; así como los suplementos vitamínicos creatina y espirulina.

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“Otros, escogen métodos más abreviados para falsear la estructura corporal, entre ellos la inyección del Synthol, producto compuesto por ácido graso, lidocaína y alcohol benzoico, empleado en muchos países por deportistas para abrillantarse la piel antes de las competiciones. Dado el costo de esta sustancia, en Cuba, muchos se arriesgan a sustituirla por aceites comestibles, que resultan más riesgosos. De cualquier forma, las consecuencias de estos métodos varían desde parálisis musculares, quistes y trombos; riesgo de necrosis y extirpación de músculos a causa de la misma; compresión de un nervio o arteria, sin obviar que de entrar el aceite en la circulación sanguínea, generaría un paro cardíaco”, asevera Ponte de los reyes Gavilán.

Las necrosis provocadas por la inyección de aceite pueden provocar daños musculares irreversibles.

El profesor argumenta que en el ámbito olímpico, resulta doloroso contemplar el número de atletas de alto rendimiento que han perdido sus títulos, tras comprobarse que incurrieron en el dopaje para alcanzar un incremento de su capacidad de ejecución en una competencia. Mientras, el nombre de otros prestigiosos deportistas, figura en una dolorosa lista de muertes a causa del consumo excesivo de sustancias prohibidas.

“¿Nuestros jóvenes son conscientes de este peligro? ¿Reciben la suficiente información acerca del tema? ¿Están preparados para rechazar cualquiera de dichos métodos?”, estas y otras interrogantes forman parte de las preocupaciones de los profesores de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física de la universidad matancera.

En este sentido, Ponte explica que “el DrC. Abel Gallardo Sarmiento dirige un proyecto denominado Retos de la actividad física-terapéutica y el control médico en el entorno social y universitario. Del mismo se derivan diferentes tareas, una de ellas es precisamente la Promoción de la actividad física para la salud en el entorno social universitario, la cual dirijo.

“Desde mayo de este año comenzamos a implementar un conjunto de acciones. Para ello se escogió una muestra de estudiantes de la carrera de Cultura Física y se les aplicó una encuesta donde medimos su nivel de información y percepción de riesgo en torno al fenómeno del dopaje. Se constató la preferencia de los alumnos por los ejercicios para el desarrollo muscular con fines estéticos, mostrando un porciento significativo de asistencia a gimnasios; asimismo se evidenció que el nivel de conocimientos que poseían acerca del dopaje no era el adecuado”.

A partir de este diagnóstico se pusieron en práctica otras acciones como insertar en el plan de estudios del cuarto año de la carrera, la asignatura optativa: Efectos del dopaje en la cultura física y la sociedad.

       EXTENDER LA LUCHA ANTIDOPAJE DESDE LA UNIVERSIDAD

Ante las imágenes de féminas deportistas en las cuales el consumo de testosterona marcó caracteres sexuales masculinos irreversibles; o de las consecuencias de la Eritropoyetina que  aumenta la viscosidad de la sangre, ocasionando derrames cerebrales, paros cardíacos… los estudiantes no pueden contener el asombro.

Así, cada clase se transforma en una ventana hacia datos actuales e interesantes que poco a poco van moldeando la concepción acerca del dopaje.

El profesor Ponte argumenta que la optativa se concibió sobre la base de que un graduado de Cultura Física debe tener como herramienta todos estos conocimientos para ayudar a combatir este fenómeno en cualquier ámbito social o profesional donde se desempeñe.

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“Tratamos de añadir elementos que capten la atención de estos futuros profesionales. Las experiencias han sido únicas. Por ejemplo, entrelazamos esta tarea con otra denominada Encuentro con glorias del deporte, fruto de ello figuras insignes como Javier Sotomayor dialogaron con los estudiantes sobre el dopaje”.

No obstante, uno de los momentos más significativos del curso fue sin dudas la visita al Instituto de Medicina del Deporte, allí intercambiaron con el DrC. Víctor Cabrera Oliva, el Dr. Yamil Gutiérrez Jorge y el MsC. Bárbaro Valdés. Además, la delegación matancera recorrió el Laboratorio Antidoping de Cuba, fundado hace más de una década por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro.

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“El MsC. Rodny Montes de Oca Porto, director del laboratorio, acogió con beneplácito nuestra presencia, se trata de un centro que se mantiene en la élite del continente, pues conserva la acreditación conferida por la Agencia Mundial Antidopaje. Para estos especialistas somos multiplicadores de la lucha antidopaje, por ello contamos con la aprobación para seguir realizando estos encuentros anualmente”.

 Con la mirada en el entorno universitario, Ponte reconoce que a pesar de los logros aún queda un largo camino por recorrer, pues disipar los estigmas del dopaje implica unir cada vez más voluntades.

“La segunda encuesta que aplicamos mostró parámetros alentadores, pero no estamos satisfechos. En la etapa final de este curso se prevé desarrollar una Jornada Científica Estudiantil donde los estudiantes muestren el resultado de las investigaciones desarrolladas como parte de la asignatura. Con posterioridad, efectuaremos la última fase de la encuesta.

“Pero nuestros anhelos van más allá de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física. En el próximo periodo lectivo tenemos la intención de ofrecer esta materia como asignatura electiva para que toda la comunidad universitaria pueda acceder a ella”.

Desmentir los beneficios del dopaje es un desafío, contrario a la obtención de un cuerpo ideal, entrar en sus redes no solo implica mentir a los demás sino que, como expresara Ponte, es un autoengaño. En ello consiste el afán de la universidad matancera: formar jóvenes que apuesten por el juego limpio y para quienes la actividad física no implique colocar en riesgo la vida.

Aprender: Satisfacción eterna

Desde el portal de mi casa puede verse el costado de mi primera escuela. A veces, la cercanía lo convierte en un elemento común que con la prisa puede pasar desapercibido ante mis ojos, pero esta mañana no he podido evitar que me envuelva la nostalgia.

Me he quedado detenida contemplando el paso feliz de los alumnos; unos, de la mano de sus padres; otros, los más grandes, avanzando solos, guiando a la hermanita pequeña para llevarla segura hasta el aula y después ir corriendo hasta la suya.

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Así, de repente, las barandas del portal me parecieron más altas y me abrazó otra vez el calor de un uniforme. Abandoné la casa y allí estaba frente a mí la puerta de la escuela, el pasillo largo, la plazoleta custodiada por la bandera y más adelante, aquel espacio de sillas pequeñas y una pizarra extendida a lo largo de la pared.


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¡Qué alegría sentir el olor a cuaderno nuevo y acariciar una por una las hojas para distinguir las figuras! ¡Cuán grato volver a llenar de preguntas a la profesora de mirada tierna, como si no alcanzaran los segundos para tantos por qué! Y cuánta emoción volver a compartir la merienda y los sueños con los mejores amigos durante el receso; experimentar el trazo de la primera letra, lograr leer en voz alta mi cuento preferido…

Por supuesto, no faltaron las horas de repasos en grupo, de las cuales surgieron trabajos prácticos, respuestas a las tareas más complejas… y donde cualquier pretexto es bueno para reírse a carcajadas o entablar discusiones que solo duran un segundo.

Pude sentir las cosquillas en el estómago ante la llegada de los exámenes, y ese impulso de esforzarte más que produce la certeza de un error.

El timbre suena y las barandas del portal de mi casa ya no me parecen tan grandes, ni tan cercano el calor del uniforme. Ha cesado el desfile de alumnos y comprendo la distancia de aquella primera etapa de mochilas y lápices a la que sobrevinieron tantas otras de profesores excelentes, amigos nuevos, sayas amarillas y azules, hasta terminar la universidad.

A pesar del tiempo, los muros de mi escuela primaria se mantienen firmes. A veces, la prisa cotidiana me impide mirarlos detenidamente. No obstante, es una dicha saber que están allí recordando mi despertar como estudiante, y esa satisfacción de aprender algo nuevo que perdura toda la vida. 

martes, 20 de junio de 2017

Salvar un tesoro verde

No existe un panorama más fascinante para los sentidos que adentrarse en un bosque y cerrar los ojos. En pocos minutos es posible percibir el canto de las aves, los murmullos del viento que se desliza entre las ramas, el aire puro que llega hasta lo más profundo del cuerpo.

Y es que cada uno de estos ecosistemas atesora un fascinante universo donde la flora y la fauna encuentran su esplendor. Sin embargo, cuando el hombre olvida cuán íntimamente ligada está su vida a los árboles y arremete sin conciencia contra ellos, el mundo asiste a panoramas desoladores como la deforestación, la pérdida de diversidad biológica y la extinción de espacios verdes dentro de las naciones.

Según datos publicados por diversos medios de prensa, al cierre del 2016, Cuba alcanzó un índice de boscosidad del 31,1 %, (superior en 0,5 al año precedente), cifra que ratifica la tendencia al crecimiento progresivo de la superficie cubierta por bosques. Además, de 2015 a 2016 , se lograron remover de la atmósfera 78.4 millones de toneladas de dióxido de carbono con relación a la cobertura boscosa.

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Como resultados de la gestión ambiental en este sentido,  en los últimos 10 años, la cobertura forestal se ha incrementado en 464 000 hectáreas, para un incremento medio anual de los bosques de 46 500 hectáreas, de estas el 80 % se concentra en bosques naturales.

No obstante, el índice de boscosidad no se encuentra distribuido uniformemente en todo el país, mientras que el municipio especial Isla de la Juventud, Pinar del Río, Guantánamo, Matanzas, Holguín y Santiago de Cuba tienen un índice superior a la media nacional, otras provincias como  La Habana, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Las Tunas se encuentran por debajo del 20 %.

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El sitio web Opciones.cu reseñó recientemente las valoraciones de Idael Pérez Brito, viceministro de la Agricultura y Georgina Díaz Quintero, especialista  de la Dirección Forestal, Flora y Fauna Silvestres, del Ministerio de la Agricultura, durante la Convención Internacional Agroforestal realizada en La Habana del 12 al 16 de junio pasado.

En la misma sobresale el criterio de Pérez Brito acerca de la importancia de apreciar el bosque desde varias dimensiones con un enfoque holístico: “no habrá un desarrollo forestal sostenible si solo se utiliza al árbol como proveedor de madera, debe buscarse la diversificación de las producciones y las prestaciones de la ayuda que brinda  mediante el aprovechamiento de residuos, los servicios ambientales y turísticos, como fuentes de ingresos que pueden ser reinvertidos en el propio desarrollo forestal”.

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Por su parte, Díaz Quintero añadió que “en Cuba no hay deforestación porque las áreas boscosas que cada año son desmontadas son inferiores a las que se incorporan a la cobertura forestal. La estrategia ambiental nacional reconoce como uno de los problemas medioambientales las afectaciones a la cobertura forestal y no la deforestación. El archipiélago mantiene un incremento sostenido del índice de boscosidad, que se aumentó desde 13,6 % en 1959 a un 31,15 %. En 2015, al lograr el 30,59 % de su superficie cubierta a bosques, el país sobrepasó el compromiso adquirido en la Cumbre de la Tierra de alcanzar 29,3 %  en esa fecha”.

El Programa de Reforestación 2016-2020 para las 11 cuencas hidrográficas de interés nacional incluye, entre otras acciones, poblar 31 000 hectáreas, alcanzar un 34,8 % de índice de boscosidad y emplear  mayoritariamente especies autóctonas. Entre dichas cuencas se encuentran: la de Cuyaguateje en Pinar del Río; Ariguanabo en Artemisa; Almendares que comprende La Habana y Mayabeque; y Ciénaga de Zapata en Matanzas.


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jueves, 8 de junio de 2017

Retrato de familia

Retrato de familia

Aleido tiene 75 años y cuando la nostalgia lo invade, toma entre sus manos el álbum y contempla los retratos familiares. Allí, como un pedazo de vida que se fugó del tiempo, están los rostros de sus padres y hermanos. Él fue el último en llegar al hogar de los Carreño Fernández.

Al volver sobre las imágenes recuerda la mesa grande donde se sentaban a compartir el almuerzo y cómo en el alma de su madre había espacio para abrazar a los 14 hijos. Del padre heredaron la rectitud y desterraron el miedo al trabajo arando la tierra, sembrando semillas que despertaron en frutos.

Cuando llegaban los tíos y primos, la casa era una fiesta. De inmediato se multiplicaban los panes y aparecía un sitio para resguardarse de la noche.

Poco a poco pasa las páginas donde aparece el rostro en blanco y negro del hermano poeta que hoy no está cerca para decirle un verso, los sobrinos que marcharon hacia otras tierras, su boda, la infancia de sus hijos. Más adelante, los colores de las instantáneas recuerdan épocas cercanas y en ellos advierte las sonrisas de los nietos, las canas que han ido nublando los cabellos de su esposa…

Desde la magia del lente, piensa en cuánto han crecido las ramas del árbol llamado familia, ese que es común y a la vez diferente para todos.

Bajo su sombra descubrimos el mundo. Puede tener diversas formas: algunos de troncos firmes; otros de hojas dispersas, lo cierto es que cada uno es parte vital del bosque denominado sociedad.

Toda familia tiene su propia historia, poco a poco sus miembros crecen recibiendo la influencia cultural de quienes les antecedieron y, a la vez, adquieren rasgos distintos como protagonistas del contexto social donde se desenvuelven.

Hace algunos años la Doctora María Elena Benítez, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, declaraba en el programa televisivo Mesa Redonda que la familia en nuestro país, “está tejida en redes, no solo se quedan circunscritas a la consanguinidad en un primer nivel, está determinada por la convivencia, el parentesco y no vive a puertas cerradas”.

Mientras, el Código de la Familia en Cuba la define como centro de relaciones de la vida en común y señala que satisface hondos intereses humanos, afectivos y sociales.

Sin embargo, ¿siempre se logra mantener la armonía en el ámbito familiar?, ¿por encima de las individualidades prima la unión?

Los vientos de la emigración, la aridez de las dificultades económicas, las plagas de las adicciones, pueden adueñarse de él hasta despojarlo de su savia esperanzadora.

Entonces, escuchamos que un hermano privó a otro de su existencia, un padre se “divorció de sus hijos”, o un anciano en el final de sus días presenció la lucha descarnada por despojarlo de sus bienes.

El engranaje familiar es un complejo sistema donde cada pieza tiene su rol específico. En él se establecen jerarquías,  límites claros que solo resultan eficaces cuando prima el respeto y fluye la comunicación.

Quienes sufren las consecuencias de crecer en familias disfuncionales, llevan un vacío en el interior. Luego de una niñez en medio de conflictos, puede llegar la juventud marcada de inseguridad, timidez y baja autoestima.

No existen manuales que aseguren totalmente la paz y la felicidad. La única alternativa es perdonar, dialogar, abandonar los egoísmos. Nadie puede escapar de las influencias recibidas desde la cuna. Lo que seamos capaces de inculcar será lo que recibiremos mañana y definirá el color futuro de nuestro país, la familia mayor.

Sentado en el portal Aleido cierra el álbum y mira al horizonte. Intenta recordar la cantidad de sobrinos, primos… la lista sería interminable. Sabe que no todo es perfecto, que no podemos escoger un modelo de árbol-familia para nacer en él. Pero tiene la seguridad de que cuando las raíces se levantan desde el amor, siempre es posible que sus hojas reverdezcan.

jueves, 18 de mayo de 2017

Eterno vivo es José Martí



 
 
Desde la primera vez que visité el Mausoleo a José Martí en el cementerio de Santa Ifigenia, tuve la sensación de que la inmensidad del Apóstol evade el silencio del sepulcro.

  Allí, frente a los restos mortales, se advierte otra vez su condición humana llena de fragilidades, imperfecciones, impulsos… Entonces, uno se siente más cerca del hombre al que no acabamos nunca de verle todos los aspectos de su rostro, que sin embargo nos mira desnuda y sencillamente a los ojos.

  Contemplar la tumba es asistir a la paradoja de un Martí despierto en cada rayo de sol captado por el lucernario y en la bandera perenne que lo abraza, porque desde el instante en que se descubrieron, él le juró amor eterno y ella, a cambio, prometió ser refugio para sus huesos y su espíritu.

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¿Cómo no estremecerse ante su blancura hecha pétalos, libres de espinas y raíces amargas? ¿Cómo no sentir su fuerza que remueve la tierra tras los escudos de las 21 repúblicas independientes de América que circundan su sepultura?

Ante la verdad de su existencia no hay finales, solo los versos de Neruda: Está en el fondo circular del aire, está en el centro azul del territorio, y reluce como una gota de agua su dormida pureza de semilla.

Nunca voy a olvidar la primera vez que visité el Mausoleo al Apóstol en el cementerio de Santa Ifigenia. El reloj marcaba un poco más de las dos de la tarde y el calor de Santiago de Cuba era intenso. Desde ese momento no he vuelto a evocar con angustia los sucesos de Dos Ríos, las balas atravesando la piel… Por eso, cuando me piden hablar sobre su muerte, solo vienen a mi mente las palabras de Cintio Vitier: eterno vivo es para nosotros José Martí.

miércoles, 19 de abril de 2017

Playa Girón y el recuerdo de un poeta

 
Victoria de Playa Girón

Félix Pita Rodríguez calificaba la poesía como un silencio que alguien de oreja muy fina escuchó. Por eso, nadie como el poeta para aguzar los oídos y traducir en metáforas el mundo.

Esa es una de las esencias más genuinas de la poesía: comunicar. Es por eso que cuando algún acontecimiento estremece a las multitudes, allí está la pluma del escritor para inmortalizar el suceso y parece que todo un pueblo habla desde sus versos.

Entonces, podemos verle como un cronista de su tiempo, desandando entre los detalles más genuinos, en busca de la sensibilidad. Así, estremecido ante el rostro de la guerra y el valor de un pueblo, imagino a Jesús Orta Ruiz en los días de Playa Girón.

 (…)
¡Aquí no hay nadie en cuclillas!
Todo es brazo combatiente,
todo pecho, todo frente,
nada espalda ni rodillas.
Manchando nuestras orillas
está el cobarde agresor…
¡Alerta trabajador!
¡Al frente! ¡Al frente! Gritemos:
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
¡Fuego, muerte al invasor
(…)
             (Fragmento del poema: ¡Fuego, muerte al invasor!)                                             


 
Y es que desde el 18 de abril las páginas del periódico Hoy publicaban sus décimas enardecidas, que parecían marchar al ritmo del combate y despertaron cada rincón de la Isla para que no se dejara arrebatar la luz de la libertad.

De ese modo, se convertía en corresponsal de guerra inmortalizando para la historia y el mundo la hazaña de Cuba ante la invasión mercenaria:

El yanqui calculaba fríamente:
“Cuba, pequeño verde en las Antillas,
se rendirá más dócil que una oveja inocente,
bajo el crimen pagado de sangrientas pandillas”.
La buscó por el mapa, la vio como una flor,
y se dijo: “Esta flor, esta luciente gota,
cabe perfectamente bajo una sola bota,
una bota yanqui calzando al invasor”.
Y así, con optimismo equivocado,
pandillas mercenarias violaron el sagrado
territorio de Cuba, por Playa Girón.
Se lanzaron, confiadas, sobre el verde caimán
Y vieron, con asombro, que en cada corazón
de esta gota geográfica, reventaba un volcán.
Estupefactos, vieron que esta isla pequeña
se alargaba , crecía,
que el astro soberano de su enseña
alumbraba una extensa geografía.
Y temblaron, temblaron con miedo profundo.
Cuba no era una isla: era América, el mundo…

(Fragmento del poema Cuba no es una isla es América, es el mundo)

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Se trataba de una poesía vivencial, no distante. Orta Ruiz se atrevió a vivir de cerca los hechos. Para narrar en versos había que sentir sobre la piel el dolor de las víctimas y el asombro ante las proezas de los jóvenes convertidos en milicianos. Fruto de esas impresiones surgió una de sus crónicas más conmovedoras que se grabó en la memoria de los cubanos y ha ido hilvanándose en el recuerdo de disímiles generaciones hasta el presente: Elegía de los zapaticos blancos.

El mismo Indio Naborí, al referirse al nacimiento de este romance expresó durante una entrevista:

 “Celia Sánchez, por medio de Pinar Fernández, su delegado en la Campaña de Alfabetización, me había orientado que entrevistase a la familia del carbonero Liborio Rodríguez, cuya esposa había sido asesinada por pilotos mercenarios, desde un avión made in USA. En busca de aquella familia, me interné en la Ciénaga hasta el entronque de Playa Larga y Soplillar, donde unos campesinos que evacuaban me informaron que la familia de Liborio Rodríguez había salido ya del área del combate.

“Pregunté en el central Australia y alguien me informó que los Rodríguez estaban en Jagüey. Allí localicé a Nemesia. Me contó entre lágrimas todo lo que la Elegía de los zapaticos blancos narra. Me dijo frases tan conmovedoras como esta: Es horrible señor, yo vi a mi madre por dentro. Luego me mostró los zapaticos blancos atravesados por las balas. Aquella realidad terrible me estremeció de tal manera, que no pude evitar el llanto. Fue entonces cuando empezó a nacer el poema”.

Cuentan sus hijos Alba y Jesús Orta que su padre les aseguraba que escribió este poema desde el principio hasta el final, sin detenerse. El hecho había calado tan profundamente en su alma que no pudo guardar para sí los sentimientos, sino que tenían que ser proclamados, convertidos en líneas rimadas donde la belleza de las imágenes, la cadencia y la ternura trascienden:

(…)
Nemesia-flor carbonera-
creció con los pies descalzos.
¡Hasta las piedras rompía
con la piedra de sus callos!
Pro siempre tuvo el sueño
de unos zapaticos blancos.
(…).
Un día llegó a la Ciénaga
algo nuevo, inesperado:
algo que llevó la luz
a los viejos bosques náufragos.
Era la Revolución,
era el sol de Fidel Castro.
(..)
Una mañana…!qué gloria!
Nemesia salió cantando.
Llevaba en sus pies el triunfo
de sus zapaticos blancos.
Era la blanca derrota
de un pretérito descalzo.
¡Qué linda estaba el domingo
Nemesia con sus zapatos!

Pero el lunes despertó
bajo cien truenos de espanto.
Sobre su casa guajira
volaban furiosos pájaros.
Eran los aviones yanquis,
eran buitres mercenarios.
Nemesia vio caer muerta
a su madre; vio sangrando
a sus hermanitos; vio
un huracán de disparos
agujereando los lirios
de sus zapaticos blancos.
(…)

(Fragmentos del poema Elegía de los zapaticos blancos)

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Transiciones de lo alegre a lo triste y de lo triste a lo heroico son propias de esta composición estrófica que culmina avizorando un horizonte de esperanza tras la victoria alcanzada:

 Pero Nemesia no llora:
sabe que los milicianos
rompieron a los traidores
que a su madre asesinaron.
Sabe que nada en el mundo
-ni yanquis, ni mercenarios-
apagará en nuestra Patria
este sol que está brillando,
para que todas las niñas
¡tengan zapaticos blancos!

Para quienes no vivimos los instantes de abril, ni vimos la Ciénaga de Zapata bajo el fuego de las bombas, regresar hoy sobre los versos de Jesús Orta Ruiz es abrir una ventana temporal para admirar el orgullo de haber propiciado la primera derrota del Imperialismo yanqui en América. Desde su mirada y su pluma ágil, precisa, Cuba crece, sonríe y celebra una vez más el triunfo con la certeza de que como escribiera el poeta:

(…)
Vinieron…y quedaron
Cobardemente fieros
mataron a felices carboneros
que le iban aprendiendo el sabor a la vida.
Asesinaron niños, que eran claros luceros.
Bebieron como whisky la sangre en cada herida.
Pero luego temblaron.
Huyeron por pantanos y manglares,
espantados de nuestras milicias populares
¡y de las mismas vidas que troncharon!
Mientras cantaba el viento en los palmares:
Vinieron…y quedaron.
Para siempre quedaron.
(…)

           (Fragmentos del poema Vinieron y quedaron)        

                                               

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