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jueves, 8 de junio de 2017

Viaje al centro de la biblioteca


Biblioteca de la escuela primaria Seguidores de Camilo y Che

Desde temprano, la escuela primaria Seguidores de Camilo y Che está en movimiento. Las pañoletas atraviesan la plaza dejando en el viento una estela de saludos rojos, azules. Los borradores interrumpen el sueño de la pizarra y las tizas anuncian que es tiempo de retomar las lecciones.

Sin embargo, el milagro de aprender no está reservado solamente para las aulas. Más allá hay un sitio donde es posible emprender un viaje imaginario hacia las profundidades del océano, estar cerquita de magos y príncipes o sentir el calor de un ver­so. Allí, las bibliotecarias estrenan sonrisas y en breves instantes, con tan solo el pase mágico de una página, inicia la aventura.

CUANDO SE DESPIERTA LA MAGIA DE LA LECTURA

Esta biblioteca escolar permanece abierta hasta las 7:00 p.m. y acoge a los pobladores de la zona del Naranjal. De esta forma, se avanza en el noble propósito de convertir a la escuela en el centro cultural más im­portante de la comunidad.

Marta Onelia Falcón Zamora, Danys Hernández Rodríguez y Regla Ca­ridad Rivero Jorrín tienen a su cuidado un tesoro que asciende a 40 640 ejemplares, entre libros y folletos. Gracias a su ternura y paciencia, no solo se han salvado volúmenes, sino que los más pequeños descubren a diario fuentes de inspiración para acercarse a la literatura.

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“Desde primero hasta sexto grado, impartimos a los alumnos una frecuencia de 45 minutos. No obstante, en el horario de almuerzo y al concluir la jornada docente, recibimos a los lectores espontáneos. Durante los turnos, los motivamos de muchas maneras: narramos cuentos, cantamos canciones y trabajamos con las palabras del vocabulario básico del grado haciendo énfasis en la ortografía.

“Contamos con un círculo de interés de lectura, donde se ilustran los valores educativos de las obras, se desarrollan debates; y otro de bibliotecología mediante el cual se transmite lo referente a la organización, el procesamiento, clasificación y catalogación”, señala Marta Onelia.

Comentan las bibliotecarias que los niños de primer ciclo (de primero a tercer grado) prefieren los libros de cuentos, fábulas, adivinanzas y las revistas Zunzún. Mientras que los de segundo ciclo (de cuarto a sexto), solicitan materiales relacionados con las asignaturas de Ciencias Naturales, Geografía, Historia, así como los  de aventuras.

“Nos enfocamos, además, en la prevención. Tenemos discos con audiovisuales que exponen las consecuencias del tabaquismo, el alcoholismo, la violencia intrafamiliar. Enfatizamos sobre todo en los grupos de sexto grado, quienes continuarán estudios en la enseñanza secundaria y enfrentarán la adolescencia.

“También les enseñamos a hacer manualidades y después de cada lectura desatan su imaginación creadora para modelar con plastilina o recrear, mediante un dibujo, el contenido de los cuentos”, añade Danys.

Pero la biblioteca es también testigo del tiempo y espacio para preservar las riquezas históricas. Por ello en cada etapa se trabaja con las efemérides y se expone un libro vinculado con las mismas. En octubre, por ejemplo, se enaltecen las figuras de Camilo y Che y enero es el mes martiano, ese donde se convocan concursos y se recuerda al hombre de La Edad de Oro.

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Según sus compañeras, la bibliotecaria Regla se distingue por el talento para la narración oral y por llevar a cabo el proceso de restauración. “Epaminondas y El gato Simplón son parte de los cuentos que he memorizado y disfruto al ver sonreír a los niños que escuchan los relatos. En cuanto a salvar los libros, la satisfacción es incomparable, es como cuando un enfermo se levanta sano y fuerte. Los cosemos, les cambiamos la carátula y de esta forma regresan a las manos de los pequeños”.

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Amarilys Hernández González, directora del centro, destaca cómo la biblioteca es vital en el movimiento de concursos que se convocan como el Leer a Martí, Sabe más quien lee más, los vinculados con el Citma, la Sociedad Cultural José Martí, entre otros.

“Esta es la única primaria de la provincia asociada a la Unesco, por lo tanto, dentro de su proceso docente incluye las temáticas relacionadas  con la misma. Las bibliotecarias están imbuidas en este empeño. Dan tratamiento a aristas como  las adicciones, la alimentación, el turismo. De igual modo se profundiza en la inclusión educativa, la salud y la higiene. Actualmente apoyan la campaña antivectorial y acompañan a los alumnos durante sus visitas a hogares de la comunidad”.

BONDAD QUE HABITA JUNTO A LOS LIBROS

Con tan solo seis añitos Yanliet Gómez de la Fe y Daniel Tápanes Figueroa conocen las historias de Meñique, saben estrofas de Los zapaticos de rosa y en sus cuadernos de dibujo, perdura el recuerdo de cada obra escuchada. Allí plasmaron la boina del Che y el sombrero de Camilo.

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Mientras, para María Fernanda Morán Bermúdez, Daniela García Oviedo y Demis Williams Martínez Pérez, quienes cursan el sexto grado, la lectura es fuente de sabiduría.
“No solo ampliamos nuestros conocimientos, también descubrimos qué trataron de expresarnos los autores y cómo cada enseñanza nos ayuda a ser mejores”, expone María Fernanda, quien ha resultado ganadora del concurso Trazaguas en varias ediciones.

Al dialogar con las maestras Dayamí Cárdenas Herrera (primer grado), Damarys Gutiérrez Delgado y Amparo Pérez Sánchez (ambas de sexto) coinciden en que la biblioteca no es un ente aparte, pues en ella se encuentran las herramientas necesarias para complementar las clases.

“Cuando un niño sabe leer bien, se expresa bien. Las notas de clase son nociones elementales, urge que ellos desarrollen hábitos de estudio mediante los libros. Para eso es importante que exista un vínculo estrecho entre el bibliotecario y el profesor, el cual se refleja en el alumno”, enfatiza Damarys.

En la biblioteca de la primaria Seguidores de Camilo y Che todo  es luz y color. Cada detalle ha nacido de las manos de los niños y el impulso de las bibliotecarias. No falta el rostro de Martí, una maqueta de la casita donde nació y la mariposa que contempla a través de un cristal los zapaticos de rosa.

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El curso casi termina. Ahora inicia el inventario de los libros. No obstante, siempre hay espacio para que los pequeños se adentren en ese sitio donde las bibliotecarias estrenan sonrisas y regalan boletos hacia mundos de fantasía con tan solo el roce de una página.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Rivas, motivos para soñar


Rivas, motivos para soñar

Cuentan que cuando el maestro llegó en 1966 a la finca La Paloma aún sin quitarse el polvo del camino preguntó dónde estaba la escuela, mientras los pobladores contemplaban desconfiados al muchachito de 18 años y mirada expresiva que parecía un alumno más. Ante la imposibilidad de regresar a casa, tuvo que hospedarse de lunes a viernes en el hogar de José y María, ubicado en la finca El Chamizo, perteneciente a Ceiba Mocha.

 

Muy pronto las dudas fueron sustituidas por la admiración hacia el joven que despertaba temprano y transitaba cuatro kilómetro hasta llegar al aula y recibir a los niños, para después dedicar las noches a instruir a los adultos de la zona. Así, se fue convirtiendo en un hijo más de aquellos predios, donde la bondad lo saludaba desde cada puerta, envuelta en el aroma del café matutino o en los rostros asombrados que permanecían en silencio, escuchándolo.

                          II

-¡Hoy si voy a aprender!, ¡llegó mi maestro!

Ante el saludo de la niña, Regino Rivas Díaz olvida el cansancio de recorrer siete kilómetros cada sábado y de los 68 años que se ciernen sobre sus pasos, para enseñarla a mirar más allá de sus limitaciones físicas. Sabe que incluso el destino es su cómplice, pues ideó su regreso al mismo batey de Ceiba Mocha donde hace cinco décadas atrás fue el muchacho inquieto que conquistó la gratitud campesina.
 

“Mi trayectoria ha estado llena de coincidencias. La noche en que llegué a Managua con el objetivo de iniciar la misión internacionalista nos alinearon en fila para indicarnos hacia qué departamento debíamos ir. Cuando llegó mi turno me ordenaron: “Rivas, usted va para Rivas”, entonces recordé que cuando era niño le había dicho a mi maestra de geografía que algún día visitaría ese lugar. Inmediatamente corrí a escribirle una carta donde le comuniqué: “Profesora, estoy en Rivas, como dije en mi pupitre una vez”.

Y es que la existencia de Regino ha sido un desafío constante al desaliento, al egoísmo de dar la espalda al mundo exterior que espera porque alguien le siembre nuevas ilusiones.

“Alrededor de 33 años marcan mi camino como Director y subdirector de centros docentes. La primera experiencia fue en el internado Julio Antonio Mella. Después, al volver de Nicaragua me situaron al frente de la escuela primaria Mártires de la Cumbre, donde se realizó un trabajo inolvidable con la comunidad. Sin embargo, mi vocación se fortaleció verdaderamente al asumir durante 21 años la dirección de la Escuela de Formación Integral Antonio Guiteras. Nos veían como su familia, realizábamos actividades prácticas de talleres y oficios, y poco a poco se evidenciaban las transformaciones en los alumnos”.

 Posteriormente, fungió como metodólogo en la dirección municipal de educación de Matanzas y una vez más, ante el llamado del territorio, asumió el reto de ser profesor en la Escuela de Conducta Conrado Benítez donde permanece actualmente.

Al indagar sobre la obra de Rivas, tal vez muchos mencionen las medallas de la Alfabetización, Jesús Menéndez, Hazaña Laboral, Misión Internacionalista, 28 de septiembre, 40 Aniversario de las FAR, o quizás la Distinción cubana al educador y los sellos Ernesto Guevara, Frank País. Mientras otros resaltarán la Medalla conmemorativa de la ciudad de Matanzas, la Orden Lázaro Peña y los diplomas otorgados por participar en movilizaciones, zafras, recogida de café, donaciones de sangre… No obstante, confiesa que el reconocimiento más valioso es la expresión de sus estudiantes.


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“El año pasado durante la jornada por el día del educador en la escuela de conducta, el estudiante Yuniesky Cárdenas comenzó a leer un poema en medio de la plaza: “Maestro quiero decir/con estas pocas palabras/que con amor usted labra/un camino para mí”… al terminar comprendí que había sido escrito en mi honor. Los presentes comenzaron a aplaudir y nadie pudo evitar las lágrimas”
“Tengo el privilegio de que mis dos primeras maestras Carmen y Soraida estén vivas. Ellas son mi inspiración a seguir superándome. Me gradué como maestro primario, maestro defectólogo, Licenciado en Defectología en la especialidad de Trastornos de la Conducta y en el 2007 obtuve la Maestría en Ciencias de la Educación Superior. Aún aspiro a cursar el doctorado, a pesar de que muchos consideran que es una locura a mi edad.

“Me preguntan qué voy a hacer en el futuro, pero siempre respondo que no me preocupo por el porvenir, que solo pienso en lo que estoy haciendo en el presente. Siento profunda tristeza cuando me avisan de la muerte de algunos de mis alumnos. Siempre he considerado que el magisterio es como cuidar de un jardín donde las flores se abren poco a poco y con el tiempo van desapareciendo. Eso sí, lo esencial en esta tarea es luchar contra la pobreza de ánimo, porque no hay cambios sin sueños, ni sueños sin esperanzas”.


jueves, 3 de septiembre de 2015

Un día esta será mi escuela



 

 -Vamos a ir a ver el aula de tata ¿verdad?-, dice el pequeño Kevin, que apenas podía contener la emoción sobre los brazos de papá.

Es primero de septiembre y sabe que su hermanito Anthony Artiles comenzará el tercer grado. Aquella mañana, un alboroto pioneril despertó a la escuela primaria René Fraga Moreno que abrió sus puertas como sede del acto provincial por el inicio del nuevo curso.

-¡Al fin llegamos!, piensa y desde un rinconcito recorre con la vista cientos de rostros alegres- ¡Ahí está!, ese es - susurra y comienza a saludarlo. Observa en silencio la pañoleta azul que parece brillar en el pecho de su hermano - ¡Es la más linda de todas!, piensa y entonces contempla cómo Anthony se pone de pie y otros niños colocan muchas flores frente a una figura.

Kevin no comprende aún este gesto, pero mamá le explica que ese es el busto José Martí, un hombre que soñó con ver a todos los niños cubanos felices, disfrutando de escuelas y libros…

De inmediato, se escuchan las notas del himno nacional mientras la bandera de la estrella solitaria se levanta poco a poco, hasta ondear en lo más alto, como si quisiera hacerle cosquillas al cielo.

Los aplausos estremecen la plazoleta que vibra al compás de danzas, canciones y palabras de bienvenida. ¡Al fin ha llegado el momento de que los alumnos entren a las aulas! Allí se aproxima Anthony, acompañado de su mamá, mientras Kevin y sus padres corren para estrecharlo en un abrazo justo frente a la imagen martiana.

 Con solo tres añitos, Kevin no entiende por qué no puede quedarse con tata en el grupo, si el también quiere aprender. Un poco molesto se despide sin dejar de mirar hacia atrás, mientras papá lo besa y le dice que no se apresure, que pronto llegará su tiempo y que allí estará también toda la familia para verlo estrenar su uniforme. Entonces, el chiquitín se alegra y grita a toda voz: ¡un día esta será mi escuela!

Amor multiplicado en la distancia

Cuando le preguntan por mamá y papá, el pequeño Hamlet contesta que “están trabajando lejos”, que montaron un avión e “hicieron ñiiiii...” ...