lunes, 7 de marzo de 2016

Mujeres, ¿olvidadas?




 

Hoy es ocho de marzo y todo en el trabajo parece igual. El menú del comedor dice que hay chícharo otra vez. Yoyo el administrador, se habría podido esforzar para preparar al menos una merienda diferente y nada, que dieron el mismo pan con pasta.
Yo que les había dicho a las muchachas que vinieran lo más arregladas posibles, y allí está Marieta luciendo su creyón mágico nuevo, Lisa con las extensiones, Gruyaisi con sus puyas y Eva María que se compró un vestido de rayas solo para la ocasión.
 
Y Juana Lalista que había traído una cubeta, hielo, azúcar, cucharón, y hasta vasitos, porque tenía la esperanza de que se fuera a preparar refresco. La pobre, pero que conste que siempre se lo digo: “no te apresures a los acontecimientos Juanita”…
Ahí va Epifanio, el del sindicato, ni siquiera me dijo buenos días. En la próxima asamblea me va a tener que oír, porque ni unas florecitas de romerillo nos regalaron, y eso que somos las primeras en los trabajos voluntarios, hacemos los cakes para los cumpleaños colectivos y hasta renovamos los veinte murales del centro.
Ah, y al compañero Homero no se le ocurrió escribir hoy ni una cuarteta, él que le ha regalado poemas hasta al gato pinto.
Dice Mireya, que es una fuente confiable pues está al tanto de cualquier movimiento, que ayer vio a Tranquilino más espabilado que de costumbre trasladando unos sobrecitos misteriosos hacia la dirección. De seguro que era más trabajo para el mes.
Parece mentira que no nos tengan en cuenta. Nosotras que somos casi la mayoría en este colectivo laboral y que nos hemos ganado por derecho propio un sitio imprescindible.
Para colmo hoy no ha comenzado ni el matutino, todos los hombres andan encerrados en el salón de reuniones y no nos han dado ninguna explicación. ¡Qué machismo en pleno siglo XXI!
El director acaba de abrir las puertas y parece que nos llama. Vamos muchachitas, pero serias eh, que no se crea que pasaremos por alto este agravio.
-¡Sorpresa!, muchas felicidades en su día queridas compañeras.  Adelante, que va a comenzar la fiesta y Manolo Letrillo les tiene preparado un comunicado especial.  Homero vendrá después con unas décimas y flores, mientras Tranquilino repartirá las postales.
- Ay jefe que pena, yo creía que se les había olvidado.
- De eso nada, acérquense todas que hay que celebrar la alegría de tenerlas a nuestro lado. Porque aguerrido colectivo: ¿qué sería del mundo sin las mujeres?

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