martes, 31 de marzo de 2015

La Llareta, una planta fuera de lo común

Como un reto a la imaginación crece esta singular planta a la vista de los espectadores que recorren las zonas de la Puna de los Andes de Perú, Bolivia, Chile, y el oeste de Argentina.
Se trata de la llareta (Azorella compacta), planta herbácea muy compacta y resinosa con disposición en cojín (algo así como una coliflor); se encuentra en la división espermatófita (produce semillas) y pertenece a la familia Apiaceae, lo cual la convierte en pariente del apio y el perejil. Además, en la parte reproductiva sus flores son hermafroditas (tienen órganos masculinos y femeninos), así que mediante la acción de insectos se puede auto-polinizar. También se caracteriza por ser una especie longeva y de lento crecimiento, aumentando su tamaño a una tasa promedio de un centímetro por año. Hay algunos ejemplares de hasta 3 mil años de antigüedad.

Según el criterio de los científicos más allá de su caracterización botánica, apunta a diterpenos que se han aislado desde esta planta, los cuales tendrían potenciales propiedades antiparasitarias, antituberculosas, acción tripanocida contra el mal de Chagas y antihiperglicémica (útil en la diabetes), entre otras.
Uno de los primeros reportes históricos de esta planta herbácea se remontan a  1586 por el español Pedro de Mercado Peñaloza en Relaciones Geográficas de Indias. No obstante, una de las primeras descripciones detalladas (y acompañada de una colección fragmentaria de la planta) pareciera ser la del Capitán Joseph Andrews en 1827. La siguiente persona en proporcionar un ejemplar de llareta fue el botánico y coleccionista chileno, Federico Philippi, quien lo obtuvo durante sus viajes a la frontera Chile-Bolivia en 1885. Esta sería descrita seis años después como Azorella compacta por su padre Rodolfo Armando Philippi.

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