lunes, 12 de diciembre de 2016

El año viejo y el nuevo año


El año viejo y el nuevo año

Cada familia tiene su forma peculiar de celebrar el 31 de diciembre en todo el mundo. No solo se trata de esperar juntos el primer día del año, sino de festejar unidos el último segundo del año viejo, libro que tras registrar 365 amaneceres, cierra una etapa de nuestra existencia.

Para la mayoría de los cubanos, la ocasión no puede conmemorarse sin el menú característico: congrí, yuca con mojo y por supuesto el lechón asado, aunque siempre se produzca una  disputa por el “rabito”. Por supuesto, los postres no faltan, por eso las cocinas develan el aroma de los buñuelos y regresa a la mesa el dulce de coco. En esos instantes se olvidan las dietas para disfrutar de la cena y la tradición de cada hogar queda al descubierto.

En relación con los solteros todo resulta simple. Sin embargo, los matrimonios comenzarán un mes antes a determinar si pasarán ese día junto a los padres del esposo o los de la esposa y, casi siempre, la suegra termina convenciendo al yerno de “lo cruel” que sería apartar a su hija de la casa materna en una fecha tan especial.

Esperar el 31 lleva además todo un proceso. Sí, porque diciembre es uno de los meses preferidos por manicuris y peluqueras que asisten a un periodo de alza de la clientela. Así, entre uñas acrílicas, cortes de pelo, keratina, tintes… aumenta la fila de féminas que llegan en busca de un look diferente, porque año nuevo es sinónimo de renovación.

El último segundo del año viejo sorprenderá a algunos con copas en las manos aguardando el momento para hacer un brindis por la vida, de celebrar que aún queda tiempo para soñar, crear, sentir…

año nuevo

En ese momento las puertas de muchos hogares se abren y las aceras se llenan de abrazos. Hay espacio para la reconciliación, la declaración de amor que permaneció escondida, las sonrisas.

Otros, en busca de hacer realidad sus anhelos, tendrán listas las maletas para dar una vuelta a la cuadra justo a las doce pues, según dicen, es sinónimo de viaje seguro. Mientras, los teléfonos comenzarán a sonar, se escucharán las voces queridas que expresan los mejores deseos y la bandeja de entrada de los móviles se llenará de mensajes.

año nuevo

En ese instante tal vez alguien recuerde el rostro de quien estuvo presente en la celebración anterior y ahora ya es imposible tenerlo cerca para darle un beso y decirle cuánta felicidad irradia su presencia.

Hoy, cuando apenas faltan unas semanas para decir adiós al año viejo, preparemos el alma para ese último segundo, repasemos cuánto hemos vivido, cuántas sonrisas dejamos de regalar, cuántas veces nos venció la rutina y dispongámonos para que el primer amanecer sea el prólogo perfecto para trazar otras 364 páginas felices en el libro del año nuevo.

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