jueves, 9 de abril de 2015

Círculos infantiles: un regalo de la Revolución para los más pequeños



 



“Cultivo una rosa blanca/ en julio como en enero/ para el amigo sincero/que me da su mano franca…”, Naylén recita el poema mientras alza sus brazos pequeñitos y dibuja los versos en el aire.

-“Me gusta ver las láminas, recortar las figuritas y escuchar los cuentos”, dice con una mirada pícara y corre de nuevo a sentarse junto a sus amigas para seguir jugando a las casitas, esta vez le toca “cocinar”. A sus cuatro años conoce los juegos de roles, el nombre de los objetos…

Todas las mañanas, después de darle un beso a mamá, camina hacia el interior de los salones de ese sitio que se ha convertido en su segunda casa en el municipio de Los Arabos: el círculo infantil Pinitos del Futuro.


UN MUNDO DIMINUTO

Los círculos infantiles tienen como objetivo fundamental proporcionar a los pequeños de las familias trabajadoras cuidado, educación y recreación en las horas laborables de sus madres, comenta Madelín Moure Pousada, directora del centro.

“La matrícula asciende a 181 niños. Contamos con 52 trabajadores, de ellos 32 docentes y 19 no docentes. Tenemos la peculiaridad de desarrollar la enseñanza preescolar, lo cual nos permite incidir aun más en la formación de valores, hábitos, habilidades. Somos exigentes, diariamente una enfermera y un miembro del consejo de dirección, realizan cuatro recorridos para supervisar la higiene y organización.

“Una vez al mes, se reúne el consejo de círculo en el cual participa un padre de cada salón y además representantes de diversas organizaciones. Nuestro trabajo está orientado a la continuidad del proceso educativo en el hogar, analizamos las dificultades, adelantos y velamos por la tarea victoria correspondiente a los infantes cuyos padres son reclusos”, explica Moure Pousada.


Lourdes Valdés Nuño, subdirectora de la enseñanza preescolar y especial en el municipio, asegura que Los Arabos resalta por la calidad de su profesorado. “Aquí existen 52 licenciadas y 22 master, así como cobertura estable de las plazas. De forma sistemática intercambiamos con la comunidad y realizamos visitas de inspección y ayuda metodológica”.

La institución garantiza variedad gastronómica y avituallamiento. Al respecto, Eneida Díaz Áreas, subdirectora administrativa expone: “Recibimos sin dificultad el abastecimiento necesario para proporcionar siete platos en el almuerzo, así como meriendas de calidad. Todos los pequeños poseen materiales de estudio: temperas, tijeras, gomas de pegar, lápices de colores, etc.

“Además, cuando inician solo tienen que traer un peine, pues les facilitamos cepillo dental, jabón, toallas, entre otros elementos básicos, aunque en los últimos tiempos hemos presentado interrupciones en el suministro de papel higiénico”. La mayoría de los productos son ubicados en estantes, donde cada uno identifica sus pertenencias mediante figuras grabadas en las mismas, así, aunque no sepan leer, reconocen cuáles son sus objetos y los mantienen organizados.

DONDE GERMINAN SONRISAS

Edwin Yaidel Toledo tiene dos añitos y padece una parálisis cerebral incompleta que le afecta la motricidad. Sin embargo, su expresión elocuente al declamar poemas, la vivacidad de sus ojos y ese cariño que le brinda a la “seño” Dunia Fernández Gallardo, revela a un pequeñín que disfruta a plenitud la estancia.

“Desde que Edwin entró es formidable ver cómo aprende y se relaciona con los demás. Le brindamos lo imprescindible para estimular su desarrollo”, comenta Fernández Gallardo.

“Tengo 16 años de experiencia como educadora y me siento realizada. Disfruto de leerles historias, cantarles, intercambiar con las familias. Recuerdo a una niña que me quería mucho y me contaban que al despertar por las mañanas me llamaba como si yo fuera su mamá, esas vivencias me hacen renacer. Cuando llego y recibo el abrazo de mis alumnos, olvido los problemas, me siento viva”, confiesa.

Según la licenciada en enfermería, Milagros Barceló Díaz, se vela por el cumplimiento de los procesos en el horario preciso. “Es importante fomentar la creación de hábitos en la jornada cotidiana. A ello añadimos el chequeo constante de la salud. Cada cuatro meses, efectuamos consultas de seguimiento de enfermería a los niños sanos de uno a cuatro años. Aquellos que manifiestan asma bronquial, hiperelasticidad, epilepsia, son examinados por el médico del área cada tres meses y a quienes presentan retardo en el desarrollo físico-motor, pediatras y logopedas le procuran una atención especial”, argumenta Barceló Díaz.

Yenisleidis Borges Rodríguez, madre de Aymé Arango, de cuatro años, expresa: “Antes mi hija no sabía los colores y ahora los distingue, dibuja y su lenguaje ha evolucionado. Siempre me habla del salón, de José Martí. En cierta ocasión coloqué un libro sobre la cama y quedé sorprendida porque ella no sabe diferenciar las letras, pero al contemplar la portada me dijo, “mamá, esa es La Edad de Oro”.


El próximo 10 de abril, cuando se cumplan 54 años de la fundación de los círculos infantiles en Cuba; la emoción de María Carla al entonar la Guantanamera, el entusiasmo de Miguel Antonio al mencionar que prefiere los juguetes azules y esa magia que habita en la imaginación de Ana Lía, indicarán que gracias a la Revolución, el sueño iniciado por Vilma sigue llenando de sonrisas el rostro de los niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Amor multiplicado en la distancia

Cuando le preguntan por mamá y papá, el pequeño Hamlet contesta que “están trabajando lejos”, que montaron un avión e “hicieron ñiiiii...” ...